Actualizado 08/07/2015 06:59

Los senadores demócratas proponen recortar en 1.000 millones el fondo de seguridad fronteriza reclamado por Obama

Manifestantes bloquean un autobús con inmigrantes en California
REUTERS

WASHINGTON, 23 Jul. (Reuters/EP) -

Los demócratas del Senado de Estados Unidos han propuesto este martes recortar 1.000 millones de dólares del fondo de emergencia --de 3.700 millones de dólares-- solicitado por el presidente, Barack Obama, para abordar el ingreso de 57.000 niños centroamericanos indocumentados por la frontera sur del país.

Obama pidió a los legisladores el pasado 8 de julio que aprobaran el fondo de 3.700 millones de dólares para mejorar la seguridad fronteriza y acelerar los procedimientos de deportación. En un almuerzo realizado el martes, los demócratas del Senado discutieron cuál debería ser su respuesta.

"En base a una revisión de lo que es necesario (...) para responder a las necesidades en la frontera, el proyecto reduce el pedido del presidente en 1.000 millones de dólares", ha señalado la presidenta de la Comisión de Asignaciones del Senado, Barbara Mikulski.

Además de la financiación fronteriza, el proyecto de los demócratas del Senado también incluye 615 millones de dólares para combatir incendios forestales y 225 millones de dólares para ayudar a Israel a acelerar las obras para un sistema de defensa antimisiles.

El líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Harry Reid, ha dicho a los periodistas que espera que el Congreso actúe sobre esta financiación de emergencia antes de comenzar su receso de agosto, en unos 10 días. "Estas agencias se van a quedar sin dinero a mediados de agosto", ha recordado.

Muchos republicanos de ambas cámaras del Congreso dicen que es poco probable que aprueben esta ayuda sin que se apliquen cambios en la legislación contra la trata de personas del 2008. Pretenden que autoridades federales puedan deportar con facilidad a niños que ingresan a Estados Unidos de forma irregular provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras.

Sin embargo, varios congresistas demócratas se oponen a esa idea, alegando que no quieren acelerar deportaciones de niños que escapan de la violencia que afecta a sus países. Muchos de esos niños tratan de reunirse con parientes que viven en Estados Unidos.