MADRID, 1 Ago. (Notimérica) -
El problema de la inseguridad en El Salvador ha ocasionado la emigración de más de tres millones de salvadoreños, una cifra considerablemente elevada si se tiene en cuenta que en el país centroamericano residen 6,34 millones de personas, según el último censo realizado en el 2013.
Sin embargo, el actual Gobierno de Salvador Sánchez Cerén está dispuesto a mitigar este problema. Notimérica ha hablado con la cónsul general de El Salvador en España, Laura Marlene Morán Contreras.
"El Gobierno está ejerciendo mano dura, presionando y combatiendo", declaró Morán acerca de la situación del país centroamericano.
La principal causa de inseguridad en El Salvador, uno de los países con la tasa de homicidio más elevada de Latinoamérica, son las maras.
EL ORIGEN DE LAS MARAS
Las maras son unas bandas violentas que se disputan el control del narcotráfico y las extorsiones en todo el país. Son las causantes también de la imposición de 'rentas', cobros por parte de las pandillas a salvadoreños, lo que dificulta a las víctimas, en muchos casos, sacar a flote un negocio o mantener a salvo a sus familias.
Tal y como explica Morán, estos grupos criminales surgieron en Estados Unidos hace más de una década, aproximadamente.
"El conflicto armado en El Salvador hizo que mucha gente emigrara a Estados Unidos, Canadá, Australia... Esto provocó la desintegración familiar, que puede considerarse un hecho que desencadenó la aparición de las maras", relata la cónsul salvadoreña.
En este sentido, la discriminación de los salvadoreños en Estados Unidos, donde a veces "eran vistos de mala manera", también jugó un papel importante en la formación de estos grupos violentos.
Así, tras su creación en el país norteamericano, los pandilleros regresaron a su lugar de origen, adquiriendo la cuestión dimensiones que eran, hasta entonces, inimaginables.
"Con el tiempo, este problema se fue agravando, volviéndose incontrolable. Las pandillas comenzaron a extorsionar a los ciudadanos y el Gobierno entró en el proceso de pacificación".
FALTA DE RECURSOS, CAUSA DE INMERSIÓN EN LAS MARAS
No obstante, la situación económica y social del país no hacía más que "incentivar" el crecimiento de estos grupos criminales. "La falta de recursos y oportunidades laborales provocó que muchos jóvenes buscaran cobijo en estas bandas delictivas".
Una cuestión que, con mucha frecuencia, se achaca a la educación recibida en sus hogares. "Si los padres no están encaminando a sus hijos, muy difícilmente el adolescente va a tener una orientación social y cultural adecuada, buscándola en malas compañías que les ofrecen lo que en el hogar no les dan", relata Morán.
Sin embargo, lo que se encuentran una vez dentro de la mara no es eso, "pero como ellos tienen esa carencia familiar y de valores, se sienten más atraídos por ello".
EL GOBIERNO APUESTA POR LA EDUCACIÓN
Bajo esta premisa, el Gobierno salvadoreño ha desarrollado una línea de acción dedicada a la prevención, con el fin de evitar que más jóvenes se unan a estas bandas.
A pesar de esto, la realidad es que el índice de homicidios se ha disparado en el último año. De hecho, los primeros cinco meses del 2015, un total de 1.887 personas fueron asesinadas, lo que supone un 49 por ciento más que en el mismo periodo del pasado año.
Este hecho, de acuerdo con la cónsul general de El Salvador en España, se achaca a que "cuando uno combate, la reacción siempre va a ser más fuerte".
Sin embargo, tal y como admite Morán, algunos colectivos del pueblo salvadoreño no están de acuerdo con las medidas que se están tomando en la actualidad, enfocadas no sólo en el combate sino también en las ayudas sociales y educativas. Estas personas, que "restan en vez de sumarse a la causa", no hacen más que "agravar" un problema al que "todos los ciudadanos" quieren ponerle fin.
A pesar de esto, las acciones de las autoridades salvadoreñas son visibles y "están dando resultados", afirma.
UN VASO DE LECHE Y UNOS ZAPATOS
Por ejemplo, se están llevando a cabo muchos programas para lograr la escolarización de los niños y los jóvenes, como 'el vaso de leche', paquetes escolares y suministro de calzado.
"Para muchos son medidas erróneas, pero el Gobierno, tras estudiar la situación de la población, se ha dado cuenta de que sin la educación, no se puede terminar con el problema de las pandillas", explicó Morán.
La realidad es que El Salvador es uno de los países más pobres de Latinoamérica y carece de muchos recursos básicos. Este hecho, sumado a la falta de educación, provoca la inmersión de los más jóvenes a las maras, que se plantean como una salida alternativa.
"Quienes no tienen este tipo de necesidades, quizás no entienden como puede ayudar un vaso de leche o unos zapatos para los niños en la erradicación de las maras y la violencia que éstas conllevan, pero hay hogares unifamiliares que no pueden asumir los costes básicos de una residencia", comenta Morán.
Así, la intención del Gobierno fue ayudar "a aquellas familias que sólo tienen una madre o un padre en el hogar y esto va a hacer que los alumnos vayan a la escuela en vez de a trabajar".
En otras palabras, la postura del Estado se basa en ofrecer los recursos necesarios para minimizar el impacto del abandono escolar, algo que va a hacer que los jóvenes estén más preparados y dispongan de oportunidades fuera de las maras.
Sin embargo, las maras se han convertido en el monstruo del país centroamericano. Acabar con ellas no es tan sencillo y, aunque se están tomando medidas y viendo algunos resultados, "la situación es tan compleja que los avances pueden ir muy poco a poco", reconoce la representante salvadoreña.
"El problema se está placando, sí, pero el país aún necesita más tiempo y el apoyo de todos los ciudadanos", concluye.