"Cuando uno se da cuenta de cómo son las personas, definitivamente abandona la amistad", afirma
MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ha alegado que "jamás" quiso ocupar la jefatura de Estado, pero que lo hizo como favor a su predecesor, Rafael Correa, del que ahora reniega por considerar a todo su entorno unos "sinvergüenzas" que intentan tapar las "fechorías" cometidas durante sus años en el poder.
"No le debo nada a nadie. Jamás quise ser presidente de la República", ha afirmado Moreno en una entrevista a la cadena alemana Deutsche Welle (DW) durante la cual se ha referido a la última ola de protestas vivida en Ecuador tras el decreto --retirado posteriormente-- que eliminaba el subsidio al combustible.
Moreno ha utilizado la crisis para terminar de marcar distancias con Correa, al que ha acusado incluso de orquestar un golpe de Estado con la ayuda del Gobierno venezolano. En su opinión, la movilización indígena fue "perversamente" manipulada por intereses políticos por "un grupo de correístas sinvergüenzas".
El actual presidente ha justificado los más de cinco años que pasó como 'número dos' de Correa: "Cuando uno se da cuenta de cómo son las personas, definitivamente abandona la amistad". Fue cuando descubrió "las fechorías de esos sinvergüenzas" cuando se desmarcó de la "supuesta Revolución Ciudadana", como se conoce en Ecuador al planteamiento político del anterior Gobierno.
Moreno ha explicado que fue Correa quien le pidió expresamente ser presidente. "Fue a Suiza, donde yo estaba trabajando, a pedirme que fuese candidato", ha explicado, aunque ha señalado que ya desde el primer momento le dejó claro a su mentor que no seguiría la misma línea.
"Yo no voy a hacer un gobierno como el tuyo. Yo voy a dejar la confrontación. Yo voy a respetar los Derechos Humanos y la libertad de expresión", ha repasado Moreno.
DEFIENDE SU DECRETO
El mandatario ecuatoriano ha admitido que los ciudadanos tienen derecho a protestar --"no faltaba más"--, pero ha reiterado su defensa del decreto que eliminaba los subsidios a los combustibles, pese a que la medida pudiese parecer "un poco dura".
El Gobierno, ha explicado, intentaba resolver un problema que "se viene arrastrando desde hace 20 años". Moreno ha subrayado que el decreto no tenía como fin primordial provocar una subida de precios, sino limitar la utilización "perversa" de las ayudas, para que no se viesen beneficiados los traficantes, los grandes propietarios o los grupos dedicados a la fabricación de droga.
El presidente ha descrito como "un acto de humildad" la retirada del decreto y la apertura del diálogo, por entender que la situación era ya insostenible y "las posiciones se volvieron tirantes". Sin embargo, ha vuelto a sembrar la duda en torno a los verdaderos motivos de las movilizaciones, con la vista puesta tanto en Correa como en el Gobierno venezolano.
Moreno ha dicho contar con "bastantes pruebas" que avalan la pista venezolana, entre ellas un viaje reciente de Correa a Caracas y el incendio "específico" en la sede de la Contraloría, donde "se encontraban las pruebas de la gran corrupción 'correísta'".