LA PAZ, 11 Oct. (Reuters/EP) -
El magnate cementero Samuel Doria Medina intentará este domingo convencer de nuevo a los bolivianos en su tercer intento en una década de que puede replicar su éxito empresarial al frente del país andino y acabar con "la corrupción, la ineficiencia y el clientelismo" de la era Evo Morales.
El dirigente conservador, que sobrevivió a un secuestro a manos de un grupo guerrillero y a un accidente de avioneta, propone reformar la justicia, plagada de "corrupción y negligencia", y propone cadena perpetua para delitos como la trata de personas y las violaciones.
A sus 55 años, Doria ha hecho una campaña en las calles, abrazando ancianos y besando niños por todo el país para contrarrestar su imagen distante como uno de los industriales más ricos y pujantes de Bolivia.
Pero para Doria difícilmente la tercera será la vencida: su intención de voto no llega al 20 por ciento en los últimos sondeos. Su rival, el presidente Morales, tiene 60 por ciento.
"No está nada dicho todavía, como hemos visto en el Brasil", declaró el administrador de empresas formado en Estados Unidos y Europa, tras la inesperada remontada del candidato Aécio Neves en el país vecino.
Doria, cuya familia posee la mayor cementera nacional y maneja otros negocios como la franquicia de Burger King en el país, ya cosechó sonoros fracasos en 2005 y 2009 ante el líder cocalero.
Para estos comicios, el empresario presentó un plan para industrializar el país y prometió mantener las políticas más populares del "proceso de cambio", como bonos o ayudas para los más desfavorecidos, las nacionalizaciones y una mayor apertura hacia el cultivo tradicional de la coca.
"Se van a aumentar los bonos, es algo bueno que ha hecho este gobierno. No somos como esos sectores que creen que todo ha hecho mal este gobierno", aseguró el político, que apuesta a recomponer los lazos con Estados Unidos y alejarse del bloque socialista encabezado por Cuba y Venezuela.
FRAGMENTACIÓN OPOSITORA
Doria fracasó en su empeño de forjar una alianza opositora para desafiar el poderío electoral y financiero del Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales, y aunque logró el apoyo de algunos pesos pesados de la oposición no evitó la fragmentación.
La filtración de un audio en el que supuestamente presiona a la ex esposa de un cercano colaborador para que retire una denuncia por malos tratos, así como otros errores de campaña, golpearon la candidatura del empresario paceño y dieron más visibilidad a Jorge Quiroga, su principal rival en la oposición.
"Tuto" Quiroga, como le conocen los bolivianos, es un experimentado político conservador de 54 años -separado y con cuatro hijos- que ocupó interinamente la presidencia entre el 2001 y el 2002. Sus críticas al despilfarro, la corrupción y el influjo del narco en el Gobierno de Morales le otorgan un 10 por ciento del voto duro contra Morales en los sondeos.
"Vamos a finalizar con el crimen organizado en cinco años, éste es producto de la cocaína que se hace en El Chapare (zona cocalera donde Morales era sindicalista)", aseguró este ingeniero formado en Estados Unidos, que promete convertir a los bolivianos en accionistas directos de las empresas estatales.
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