CIUDAD DE MÉXICO, 25 Ene. (Notimérica) -
Tras la llegada del magnate estadounidense Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, la frontera mexicana ha pasado a ser un tema principal en la actualidad internacional. Esto es debido a las múltiples ocasiones en las que Trump ha manifestado durante su campaña electoral que construirá un muro en ella, dividiendo los dos países vecinos.
De hecho, este martes, el mandatario aseguró que a partir de este miércoles comenzará a anunciar algunas de sus decisiones en materia de seguridad nacional y, en particular, la de construir el muro en la frontera.
"Mañana será un gran día en cuanto a seguridad nacional. Entre otras cosas, ¡construiremos el muro!", advirtió este martes a través de la red social Twitter.
Actualmente, la división entre estos dos países está marcada por el Río Bravo del Norte, pero no siempre fue así. Antes de la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, México contaba con el doble del territorio actual, ya que se extendía por la actual zona sur de Estados Unidos.
Tras una guerra de dos años denominada 'Intervención estadounidense en México', este país se vio obligado a ceder el 55 por ciento de su territorio mediante el mencionado tratado. De no haber sido así, algunos de los actuales estados estadounidenses, como pueden ser Texas, Nuevo México y California, se encontrarían al sur del muro, como territorio mexicano que fueron durante décadas.
El próximo 2 de febrero se cumplen 169 años de la firma del mencionado Tratado de Guadalupe Hidalgo. Mediante este armisticio, que supuso el final de la guerra entre los dos países, México perdió la totalidad de lo que hoy son los estados de Texas, California, Nuevo México, Nevada y Utah, así como parte de Colorado, Arizona, Kansas, Oklahoma y Wyoming. El Río Bravo del Norte pasó a ser la frontera natural entre ambos países.
Los acontecimientos, que concluyeron con la derrota de México, se iniciaron a principios del siglo XIX, momento en el que Estados unidos se encontraba en plena expansión demográfica y sus ciudadanos buscaban nuevos territorios en los que asentarse.
Por contrapartida, México se hallaba en un momento de flaqueza y le era difícil poblar el norte del país, por lo que facilitaron los asentamientos al norte del Río Grande, lo que derivó en el establecimiento de múltiples colonias de estadounidenses.
GUERRA MÉXICO-ESTADOUNIDENSE
La situación se agravó cuando aquellos estadounidenses que se establecieron en la zona del actual estado de Texas declararon en 1839 su independencia de México, país que nunca aceptó la soberanía de los secesionistas. Aprovechando la confusión, Estados Unidos anexionó Texas en 1845, lo que supuso el estallido de la Guerra México-estadounidense.
La guerra entre México y Estados Unidos por el territorio tejano nunca estuvo en igualdad de condiciones. Tras el final de su guerra de independencia, México se encontraba desgastado y empobrecido.
La evidente superioridad de recursos estadounidenses y su voluntad de ampliar sus fronteras a toda costa se hizo patente en el hecho de que poco después del inicio del conflicto no se conformaron con Texas, sino que también anexionaron California y Nuevo México. En septiembre de 1847, el Ejército de Estados Unidos ya tomaba la capital mexicana.
Esta facilidad de avance sobre el territorio mexicano hizo que Estados Unidos jugase con la idea de tomar todo el país, pero finalmente el conflicto terminó con la firma del Tratado de Guadalupe de Hidalgo, un documento por el cual más de la mitad de México pasaba a ser territorio legalmente incluido en Estados Unidos.
Este tratado, firmado el 2 de febrero de 1848, cuenta con 22 artículos en los que se detalla que el 55 por ciento de México pasa a manos de Estados Unidos, coincidiendo con la totalidad de los actuales estados de Texas, California, Nuevo México, Nevada y Utah y parte de Colorado, Arizona, Kansas, Oklahoma y Wyoming. Como compensación a la guerra, Estados Unidos le dio a México 15 millones de dólares.
De no haberse producido esta guerra y la consiguiente firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, la polémica del supuesto muro en la frontera mexicana sería muy diferente. También lo serían las relaciones entre Estados Unidos y México que, con la masa demográfica y capacidad económica de la que gozaría México, en detrimento de la de su vecino del norte, tenderían más a un plano de igualdad.