QUITO, 23 Sep. (Notimérica) -
Desde que Lenín Moreno asumió la Presidencia de Ecuador ha marcado diferencias frente a la anterior administración de Rafael Correa, fundamentalmente respecto al estilo de gestión política, lo que ha puesto a Alianza País --movimiento político donde ambos militan-- en la cuerda floja desde la transición del liderazgo y obliga a sus representantes a la toma de posturas.
La estrategia de diálogo y el frente contra la corrupción son temas que se han repetido en el discurso de Moreno durante sus primeros 100 días de Gobierno, pero también han sido los puntos del conflicto que amenazan la unidad de Alianza País (AP).
A diferencia del ex mandatario, el actual presidente ha compartido mesa con todos los líderes de la oposición y dirigentes indígenas contrarios a la gestión de Correa, lo que propició las primeras críticas. Desde entones, algunos miembros de AP han manifestado su descontento frente a dichas conversaciones con los grupos de poder e incluso han señalado que con estos acercamientos se han "cruzado líneas rojas".
"Mientras que Lenín Moreno siempre se presentó como un personaje conciliador y abierto al diálogo, Correa gobernó durante 10 años con un estilo de confrontación", dijo al diario 'El Colombiano', el politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Franklin Ramírez.
EL ORIGEN
La concesión de una sede en comodato otorgada por Moreno a la Conaie --principal organización indígena y con la que el ex-presidente había roto relaciones-- fue el detonante del conflicto.
Luego del suceso, el ex-presidente envío un primer mensaje por Twitter: "Entrega sede por 100 años a Conaie, otro innecesario desaire a mi gobierno. Estrategia de 'diferenciarse' no solo es desleal, es mediocre". Un concepto que ha ido desarrollando el ex mandatario desde entonces en redes sociales.
"Para el odio no cuenten conmigo" es una de las respuestas políticas de Moreno al ex-presidente. Un día después, con otro tuit, intentó cerrar el tema: "síndrome de abstinencia: reacción provocada por la suspensión brusca de una sustancia de la que se tiene dependencia, como el azúcar, el alcohol, las drogas... o el poder". Así, los militantes de AP han manifestado su postura frente al cruce de palabras, para pedir moderación o para dejar claro con quien simpatizan.
A esto se suma la situación económica del país, ya que el ex-presidente, en su discurso de despedida, aseguró que entregaba un país en recuperación a pesar de la crisis mundial, el terremoto de abril de 2016, la apreciación del dólar y la caída de los precios del petróleo. Sin embargo, poco tiempo después, Moreno dijo que heredó un país endeudado y en una "situación crítica".
LOS ESCÁNDALOS DE CORRUPCIÓN
El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glass, no está ajeno a la división que se vive en el seno de AP. Desde la campaña, los rumores que lo asociaban con sonados casos de corrupción bajaron su nivel de popularidad. Pero el 29 de agosto esos rumores ganaron peso jurídico cuando el fiscal general del Estado, Carlos Baca Mancheno, procesó al vicepresidente por un delito de asociación ilícita en el caso de corrupción de Odebrecht.
Las menciones a Jorge Glass, o "JG" en las investigaciones, son algunos de los elementos que estudia la Fiscalía. Además, en un video reciente, un delator de la constructora brasileña lo vincula con coimas de hasta 14 millones de dólares recibidas por su tío, quien actualmente está en prisión.
Cuando el tema trastocó al vicepresidente, el jefe del Ejecutivo despojó a Glas de todas las funciones que le había encomendado aunque, por ser un cargo electo, no dimitió.
Por su parte, Correa ha manifestado su postura respecto al proceso legal del vicepresidente, alegando que Glas es inocente y ha comparado el escenario con la destitución de la ex-presidenta brasileña Dilma Rousseff.
En el caso Odebrecht existen actualmente 17 altos cargos políticos ecuatorianos implicados --incluidos ocho ex ministros y el ex contralor general-- desde que Lenín Moreno asumió la presidencia.
LAS CONSECUENCIAS
Esta situación ha provocado que tres miembros históricos de AP dimitan de sus cargos: los asesores presidenciales, Ricardo Patiño y Virgilio Hernández, y la responsable de Gestión Política, Paola Pabón, ya que, según explicaron en rueda de prensa, las decisiones y actos del actual gobierno no van en consonancia con el programa de la Revolución Ciudadana o AP.
La decisión contó con el apoyo de la secretaria ejecutiva de AP, Gabriela Rivadeneira, que destacó la "dignidad" y "coherencia" de sus compañeros.
Además, el anteriormente referido politólogo Franklin Ramírez cree que si la tensión llega a extremos irreconciliables, los asambleístas de AP podrían dejar de votar en bloque como hasta ahora y la consecuencia es que podrían aparecer nuevas siglas en el escenario político bajo las que Moreno o Correa podrían reagrupar a sus seguidores.
Por el momento, la estrategia de Moreno ha permitido que aumente su popularidad 10 puntos porcentuales en estos 100 primeros días de gobierno. El 76,5 por ciento de los ecuatorianos aprueba la gestión que realiza el presidente Lenín Moreno, el 67,6 por ciento cree en su palabra y el 75,2 por ciento aprueba su actitud y forma de ser, según la encuestadora privada Cedatos.