RÍO DE JANEIRO, 8 Oct. (Notimérica) -
El Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), que desde 1988 analiza técnicamente cada año las cuentas de los gobiernos brasileños, ha recomendado al Congreso Nacional rechazar las cuentas del Ejecutivo de Dilma Rousseff de 2014, algo que no ocurría desde 1937, pero ¿qué argumentos ha usado para hacerlo?
El TCU ha analizado las conocidas popularmente como 'pedalas fiscales', tácticas contables para que cuadrara el presupuesto y las arcas del Estado no entraran en números rojos justo en año electoral, aunque el Gobierno argumenta que ésta es una práctica común y que se hizo así para garantizar los fondos a programas sociales.
En concreto, el TCU remarca que en las cuentas de 2014 faltan las deudas que el Gobierno tiene junto al Banco de Brasil, el Banco Nacional del Desarrollo Social (BNDES) y el Fondo de Garantía por Tiempo de Servicio (FGTS), todas ellas instituciones financieras públicas.
Además, cita los adelantos que la Caixa Econômica Federal hizo para programas como el Bolsa Familia o el seguro por desempleo y los adelantos que el FGTS hizo para pagar los gastos del programa 'Minha Casa MInha Vida (MCMV)', de viviendas de protección oficial.
La financiación del MCMV, una de las banderas sociales del primer mandato de Rousseff, acumula varias irregularidades, ya que el tribunal considera la "inscripción impropia" como 'gastos a pagar' de 1.367 millones de reales (más de 350 millones de dólares) relacionados con este programa.
En su discurso de conclusión, el magistrado encargado del proceso, Augusto Nardes, comentó que "debido a la relevancia de los efectos" de las irregularidades relacionadas con la ejecución de los presupuestos las cuentas "no están en condiciones" de ser aprobadas, por lo que recomendó que el Congreso Nacional las rechace.
Se da la paradoja de que a pesar de sus palabras a favor del respeto a la legalidad Nardes también está bajo sospecha, ya que está siendo investigado por haber recibido 1,65 millones de reales (424.000 dólares) de una empresa investigada por fraude fiscal, según publicó el diario 'Folha de São Paulo'.
Además, Nardes se pronunció la semana pasada sobre el caso -algo que no está permitido por el reglamento-- y anticipó a la prensa que él votaría contra las cuentas de Rousseff, lo que sirvió para que el Gobierno, a través de la Abogacía General de la Unión, pidiera que se le apartara de su cargo por extralimitarse de sus funciones de técnico.
De hecho, este miércoles, antes de decidir sobre las cuentas de Rousseff los miembros del TCU tuvieron que decidir si apartaban a Nardes como relator del caso, pero el plenario decidió de forma unánime que no, argumentando que las declaraciones que hizo se produjeron cuando los informes ya estaban terminados.