BUENOS AIRES, 6 Nov. (Notimérica) -
La constitución de un estado constituye la ley suprema de este. Incluye la estructura de poderes, el régimen político, los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos a los que ampara y supone una garantía, rígida y difícilmente modificable, de la organización básica de una nación.
En la actualidad, todos los países iberoamericanos tienen vigente una constitución más o menos antigua, que proporciona unas garantías ante la acción de los poderes y cierta estabilidad de la situación política, aunque el color en el poder cambie.
Argentina puede enorgullecerse de poseer la constitución más antigua de las actualmente vigentes en Iberoamérica, data de 1853. Es también la única de las aprobadas el siglo XIX aún vigente. Le sigue en antigüedad --aunque con 64 años de diferencia-- la 'Constitución Política de los Estados Unidos de México', de 1917.
La 'Constitución de la Nación Argentina' fue aprobada por una asamblea constituyente en la ciudad de Santa Fe el 1 de mayo de 1853. El propósito de esta Constitución fue poner fin a un largo ciclo de guerras civiles en las que el país se veía inmerso, así como sentar las bases, hasta entonces inestables, de la organización nacional.
Antes de su aprobación definitiva, hubo dos intentos infructuosos de redacción de una Constitución para Argentina, en 1819 y 1826, rechazados ambos por motivos diversos.
El texto original, modificado de forma más o menos intensa hasta en siete ocasiones, constaba de un preámbulo --sin valor normativo-- que indicaba la aplicación de la Constitución a "todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino", y dos partes normativas, la primera dedicada a declaraciones, derechos y garantías y la segunda a autoridades de la Nación.
Esta Carta Magna, de carácter marcadamente liberal, se basó en las Constituciones argentinas anteriores, en la Constitución de Estados Unidos y en el libro de 'Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina', del jurista y político argentino Juan Bautista Alberdi.
LAS REFORMAS
Con el fin de adaptarla al momento que le tocaba vivir, la Constitución de 1853 ha pasado por hasta siete modificaciones, la última de ellas en el año 1994. Fue modificada por primera vez solo siete años después de su aprobación, en 1860, con el fin de sustituir el término 'Confederación' por la palabra 'Nación', la limitación de los derechos de exportaciones y la suspensión de los requisitos a los que las constituciones provinciales debían sujetarse para ser aprobadas.
La siguiente reforma que se le aplicó se llevó a cabo en 1866 y fue debida a la necesidad de garantizar que los beneficios de exportaciones e importaciones fuesen en exclusividad para el sostenimiento del estado. La siguió la modificación de 1898, por la que se cambia el sistema de elección de diputados y se aumentan los ministerios.
La primera reforma del siglo XX, en 1949, recogió algo que Argentina venía solicitando, la inclusión de derechos de segunda generación, ya que la Constitución solo incluía derechos de la primera.
Las dos siguientes reformas se llevarían a cabo durante dos épocas dictatoriales de la historia de Argentina. La primera se realizó en 1957, durante el mandato del general Aramburu, y se basó en pequeñas aportaciones en cuanto a derecho del trabajo. La segunda, de 1972, estableció varias reformas con respecto a los mecanismos de aprobación de leyes o las reelecciones de los mandatarios.
Por último, la reforma más reciente y también la más amplia, data de 1994. El objetivo era modernizar la Constitución de 1853, que se había quedado desfasada para encarar el siglo XXI. Para ello, se incluyeron aquellos derechos fundamentales de tercera y cuarta generación, una legislación para la defensa de la democracia y órganos de control gubernamental.
También incluye otros ámbitos, como la protección ambiental, el derecho de amparo, la preeminencia de los tratados internacionales, el acortamiento del mandato presidencial de 6 a 4 años o el sistema de 'balotaje', una segunda vuelta electoral en caso de que ninguno de los candidatos a presidente obtenga más del 45 por ciento del apoyo.
LA PRIMERA
Si nos fijamos en las constituciones vigentes en la actualidad iberoamericana, la más antigua es la de Argentina, de 1853. Pero no lo es si tenemos en cuenta aquellas ya caducadas.
Con respecto a estas últimas, la constitución más antigua de la región es la 'Constitución Federal de los Estados de Venezuela', de 1811. Esta Constitución solo se mantuvo vigente unos meses, concretamente del 21 de diciembre de 1811 al 21 de julio de 1812.
Esta ley fundamental, de corte claramente federal, determinaba la independencia definitiva de España, revistiendo a Venezuela de un manto constitucional que le otorgaba contundencia como nación libre, bajo el nombre de 'Estados de Venezuela'. Reconoció también el carácter católico del país e instauró una democracia indirecta y censitaria.