Actualizado 16/10/2017 08:42

La Crisis de los Misiles: una amenaza nuclear resuelta por negociación

Crisis de los misiles en Cuba
REUTERS
 

   LA HABANA, 15 Oct. (Notimérica) -

    La humanidad ha estado al borde de la III Guerra Mundial en muchas ocasiones, sin embargo, el 15 de octubre de 1962, el peligro se hizo palpable. La Crisis de los Misiles de Cuba supuso el punto más álgido de la Guerra Fría, cuando las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética temblaron.

    La llegada de la revolución de Fidel Castro a Cuba, que viró hacia el alineamiento con el bloque soviético, después de ser la isla caribeña un aliado del imperio norteamericano, supuso una amenaza nuclear de magnitudes mundiales.

   Un conflicto que se agravó cuando aviones espías norteamericanos detectaron la construcción de rampas de misiles y la presencia de tropas soviéticas en el territorio cubano, lo que llevó al presidente Kennedy con el apoyo de sus aliados occidentales a tomar medidas y establecer un bloqueo de la isla, desplegando unidades navales y aviones de combate en torno a Cuba. Si los navíos soviéticos intentaran forzar el bloqueo, el combate armado entre las dos superpotencias estaba servido.

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LA NEGOCIACIÓN

    Kennedy había anunciado que el lanzamiento de un proyectil nuclear desde Cuba supondría, de forma inmediata, "una adecuada respuesta de represalia contra la URSS". La postura norteamericana, por tanto, pretendió evitar el riesgo de una guerra mundial, pero sin renunciar a afrontar posibles peligros.

   Fue el 26 de octubre cuando ambos países pactaron una solución diplomática para reducir la tensión que agitaba el panorama mundial. La propuesta del líder soviético, Kruschev, fue desmantelar los misiles de Cuba si Estados Unidos se comprometía a no invadir la isla y a no apoyar invasiones de terceros. También exigió a Kennedy que se retiraran los misiles Júpiter que los norteamericanos tenían en Turquía. A cambio, el presidente de Estados Unidos pidió al líder ruso que fuera él quien diese el primer paso.

   Mientras se prolongaba ese cruce de propuestas, un barco soviético llegó a la zona en cuarentena y el 27 de octubre un avión U2 fue derribado en territorio cubano por un proyectil SAM. El aparato se encontraba sobrevolando la isla en tareas de espionaje. La respuesta a ese ataque fue seguramente uno de los momentos clave de la crisis. Kennedy efectuó un "re-aviso": si volvía a producirse un incidente de esas características, los soviéticos podían esperar represalias.

   Pero estas, afortunadamente, ya no hicieron falta. El 29 de octubre de 1962, Kruschev acababa de enviar una carta desde Moscú confirmando que aceptaba, sin más vacilación, las condiciones que el presidente de Estados Unidos le había planteado.