RÍO DE JANEIRO, 14 Ago. (Notimérica) -
Brasil se prepara para recibir este domingo una nueva oleada de manifestaciones contra el Gobierno en cientos de ciudades de todo el país, justo cuando la presidenta Dilma Rousseff está en su peor momento de popularidad y ve cómo crecen a su alrededor las posibilidades de 'impeachment'.
Las protestas han sido impulsadas principalmente por tres movimientos apolíticos: Movimento Brasil Livre (MBL), Vem Para Rua y Revoltados On Line, que aunque no tienen conexiones con ningún partido de la oposición tienen en común su oposición frontal al Gobierno y su ideología neoliberal.
En declaraciones a Notimérica el líder del MBL, Kim Kataguiri, ha explicado que la "prioridad" de las manifestaciones es echar del Gobierno a Rousseff aprovechando que ahora el escenario político es "mucho más propicio" que en las primeras convocatorias que se organizaron.
Y es que las protestas a ese domingo siguen a las grandes manifestaciones que se produjeron en marzo y en abril en la misma línea; claman contra la corrupción en el Gobierno y piden el 'impeachment' de Rousseff, pero en general las proclamas van dirigidas en concreto al Partido de los Trabajadores (PT) y no tanto al resto de partidos.
"Trabajamos con la hipótesis del 'impeachment' y en ese caso asumiría la presidencia Michel Temer [actual vicepresidente]. No creemos que sea ideal, su partido no tiene los ideales liberales que defendemos, pero al menos el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) no tiene el histórico de pasar por encima de los tres poderes del país", dice Kataguiri.
Desde las últimas manifestaciones la situación de crisis, tanto económica como política, se ha agravado: la Operación Lava Jato ha seguido con su goteo de detenciones, destacando la del ex ministro petista José Dirceu, importante figura del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva que ya estuvo implicado en el caso 'Mensalão'.
La indignación de la población crece a medida que se conocen detalles de la trama, y aunque por el momento Rousseff no está directamente implicada el malestar general y las tensiones con su base aliada le están provocando serios problemas a la hora de gobernar.
EL FACTOR CUNHA
Si desde el principio de su mandato el presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha (Partido del Movimiento Democrático de Brasil), ya era un obstáculo constante para el Gobierno la situación empeoró seriamente cuando éste decidió romper de forma abrupta con el Ejecutivo, después de verse salpicado en el caso Petrobras e insinuar que estaba siendo víctima de una estrategia para desprestigiarle.
El factor Cunha será algo a tener muy en cuenta para evaluar el carácter de las manifestaciones del domingo. Cuando hace unos meses los impulsores de las protestas -entre ellos el propio Kataguiri-- caminaron hasta Brasilia en la 'Marcha de la Libertad' para hacer llegar su voz a los diputados Cunha les recibió con todos los honores y se mostró dispuesto a escuchar sus peticiones.
Pero Cunha ahora también está manchado por el escándalo, a pesar de lo cual los organizadores de las manifestaciones continúan dirigiendo todas sus miradas hacia Rousseff. Kataguiri se defiende y dice que Cunha también debe ser investigado, aunque puntualiza que contra él sólo hay testimonios de delatores, mientras que contra Rousseff "hay pruebas".
"ME DOBLO PERO NO ME ROMPO"
Kataguiri no especificado exactamente a qué pruebas se refiere para implicarla en la trama de Petrobras, pero cita otras vías que en su opinión podrían apartarla del cargo: las maniobras para cuadrar las cuentas de 2014 que ya están siendo investigadas por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), así como un presunto delito de omisión por no aplicar la ley anticorrupción, vigente desde 2013.
La presidenta, que hasta hace poco tiempo evitaba enfrentar frontalmente las amenazas de 'impeachment' ha cambiado de actitud en las últimas semanas y ha empezado a emplear un lenguaje más duro: por primera vez asumió en una entrevista que hay amenazas "golpistas", dijo que nadie le quitará la legitimidad que le dio el voto y en los últimos días ha repetido hasta en dos ocasiones que ella se dobla, pero no se rompe.
"Rousseff es completamente incapaz de revertir la crisis política y económica en que está sumido el país", cree Kataguiri, que confía en una amplia movilización en las calles de todo Brasil este domingo, porque por primera vez los tres movimientos se han coordinado y hasta han financiado anuncios en televisión.