MADRID 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
El candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a la Presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha reunido este miércoles con destacados líderes de las iglesias evangélicas del país en un claro intento de ganar votantes en un sector que es más afín a Jair Bolsonaro, aspirante a la reelección.
Durante su encuentro, celebrado en un hotel de la ciudad de Sao Paulo, se ha leído una carta en la que el expresidente brasileño aboga por la libertad de culto a la par que denuncia los intentos de instrumentalizar la religión con fines electoralistas, tal y como recoge el diario 'O Globlo'.
En la misiva, leída por el exsecretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, Lula ha destacado que durante su mandato (2003 - 2010) se tuvo el respeto "más absoluto" por la libertad religiosa y se firmaron leyes en favor de la práctica religiosa en Brasil.
Asimismo, Lula ha defendido que nunca, bajo su gobierno, estuvo en peligro el funcionamiento de las iglesias y ha aseverado que, si es elegido, no impondrá "obstáculos" al libre funcionamiento de los templos de culto y alentará las asociaciones con las iglesias.
A nivel social, el candidato del PT ha abogado por luchar contra las drogas y por el fortalecimiento de las familias, a la par que ha incidido en que está "personalmente" en contra del aborto, si bien ha aclarado que este asunto no es competencia de la Presidencia, sino del Congreso.
Cuando apenas restan once días para la celebración de la segunda vuelta de los comicios, Lula ha tratado con este acto de ganar votantes entre el electorado evangélico que, según las encuestas, se decanta mayoritariamente por la opción de Bolsonaro.
El próximo 30 de octubre tiene lugar la vuelta definitiva de las elecciones generales de Brasil, en las que además del futuro presidente, también están en juego varios gobiernos locales, después de que en primera vuelta se decidiera la composición del Congreso, uno de los más conservadores de los últimos años.
Según las encuestas, el expresidente Lula se mantiene como la opción preferida por el 50 por ciento del electorado, muy por delante de Bolsonaro, que a día de hoy recabaría el 42 por ciento de los votos.