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LA PAZ, 5 Abr. (Notimérica/EP) -
Evo, el niño indígena, el pastor de ovejas, el dirigente cocalero, que jamás en su vida había soñado con llegar a ser la persona más importante en su país, ahora es presidente de Bolivia. Lleva una vida sencilla, aún hoy siendo jefe de Estado, que se ha desarrollado entre el frío del altiplano y el cálido trópico en la zona central del país, entre el sindicalismo y la política.
Una humilde casa con paredes de barro y techo de paja, en medio de la pampa del altiplano con temperaturas bajo cero grados, fue la cuna de Morales, que nació en Isallavi en 1959, provincia de Orinoca (oeste). Fue educado bajo los principios de los incas: "Ama sua, ama llulla, ama quella y ama llunqo", que significa "no robar, no mentir, no ser flojo ni chaquetero". Y los tiene siempre presentes, según relata en su biografía autorizada 'Evo Despertar Indígena'.
Su niñez la pasó pastoreando ovejas y llamas, animales propios de la zona andina, padeciendo necesidades tales como escasez de vestimenta, agua y luz, aunque la comida era suficiente. "Un año solo teníamos un saco de maíz, por eso el desayuno, el almuerzo y la cena eran maíz. Cuando estaba a punto de terminarse mis padres me sacaron de la escuela para ir a buscar maíz", contó en una entrevista en la serie documental 'Presidentes de Latinoamérica', emitido por canal argentino Encuentro.
La primera vez que salió de su comunidad fue al norte de Argentina, con su padre, Dionisio Morales, a trabajar en la zafra y la cosecha de caña de azúcar. Allí se ganó la vida vendiendo helados a los niños y fue a la escuela aunque "no entendía nada de español". "Comí fideos tostados en lugar de pan en el desayuno. Antes en mi casa dormía en el suelo. Cuando volví de Argentina recién la familia Morales tuvo su primer catre", dijo.
La hermana mayor del presidente boliviano, Esther Morales, recuerda que un año hizo mucho frío y la nieve arruinó toda la cosecha. A ella la mandaron a Yapacani, este de Bolivia, a trabajar en las plantaciones de arroz con unos familiares. Luego, retornó con comida.
El profesor de la escuela de Morales, Justiniano López, cuenta que, de niño, el mandatario tocaba una trompeta en una banda para ganar dinero, luego hicieron un viaje escolar a la capital del país, La Paz, donde visitaron el Palacio de Gobierno y tuvieron que esperar mucho para poder ingresar. De pronto Morales dijo: "Cuando yo sea presidente no los haré esperar tanto", según reveló en CNN.
En 1971, a los 12 años, se trasladó junto a su padre a Chapare, zona central del país, huyendo de la sequía en su tierra natal y en busca de mejores días para su familia. Su mayor aspiración era ser periodista e ir a estudiar a la Universidad de Cochabamba y vivir sembrando frutas y hortalizas junto a su padre, pero no contaba con que su padre fallecería y él tendría que hacerse cargo de la familia.
A los 18 años, cuando hizo el servicio militar obligatorio, se vive una época de dictaduras militares en el país. "En el cuartel he despertado", admitió, porque fue entonces cuando vivió una serie de experiencias que le ayudaron a madurar. Sufrió discriminación racial y meditó respecto a los permanente golpes de Estado del Ejército.
En el Chapare, se dedicó al cultivo de la hoja de coca y se convirtió en dirigente sindical al ser nombrado presidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, que aglutina a todos los productores de esta planta tradicional en la región.
Un hecho que afianzó su compromiso con la lucha sindical, fue cuando los militares quemaron a un joven vivo con gasolina en Chapare durante épocas conflictivas y allí se juró a sí mismo luchar por la reivindicación social.
ATERRIZAJE EN POLÍTICA
La primera incursión en política fue en 2002, cuando fue elegido diputado, Morales denunció la militarización del Chapare y fue expulsado del Congreso. Cuatro años más tarde sería posesionado presidente en ese mismo lugar. Medio siglo atrás, muchos indígenas no podían votar en las elecciones, ni caminar por la plaza principal de los pueblos.
'Un indígena ha llegado al poder en Bolivia', titularon los periódicos en las principales capitales del mundo cuando Morales, era posesionado como presidente en 2006. "!Lo van a matar!", fue lo primero que mucha gente dijo en Bolivia, sin embargo, resistió en el poder y actualmente pretende lograr una tercera gestión en las elecciones a fines de 2014.
Al llegar al Palacio Quemado, realizó una gira mundial en la que se reunió con otros mandatarios e impuso la moda 'Evo', con su suéter a rayas y sus coloridas camisas sin corbata, prenda que no usa porque considera que es una imposición del imperialismo. La única que vez que la usó fue en 1977, cuando se graduó de la escuela secundaria.
La jefa de Gabinete de Morales, Alejandra Claros, ha relatado que al principio le preguntaban "si el presidente se bañaba, si olía feo". "Cómo era trabajar con un indio. Qué se sentía mover la silla a un indio", indicó, respondiendo que era el honor más grande.
Morales aseguró, en una entrevista a CNN que "la lectura era su gran debilidad". "Por ahora solo reviso documentos, periódicos e informes ministeriales", dijo, indicando que de niño, pudo leer 'La revolución indígena', 'El manifiesto del Partido Indio de Bolivia' y 'Saqueo de Bolivia', así como algunos libros de Marx y Lenin, lo que le sirvió para iniciarse en la lucha sindical.
En palabras de Morales, ser el primer presidente indígena es una "enorme responsabilidad, porque si lo hace mal nunca más habrá un presidente indígena en el mundo".
Según la Contraloría General del Estado, el patrimonio del presidente asciende aproximadamente a 439.000 dólares. Para Morales, "la mejor herencia que recibió de sus padres fue la honestidad", considera a su padre como un hombre que trabajó mucho para poder mantener a su familia.
Aunque aún no piensa en retirarse, dice que cuando llegue el momento se alejará de la vida pública, buscará una esposa --ya que es soltero, aunque tiene un hijo y una hija-- y se irá a cultivar su "cato de coca" (1.600 metros cuadrados) en Chapare.