BERLÍN 28 Mar. (DPA/EP) -
El bloque conservador alemán, encabezado por la Unión Demócrata Cristiana (CDU), y el Partido Socialdemócrata (SPD) han entrado en una fase decisiva de las negociaciones para formar un gobierno de coalición tras las elecciones legislativas de febrero.
El presidente de la CDU, Friedrich Merz, ha resaltado que enfrentarán "los próximos días con gran confianza" pese a que haya todavía algunos flecos que esperan resolver de forma conjunta en materia de migración, competitividad económica y presupuesto.
Sin embargo, el presidente del SPD, Lars Klingbeil, se ha mostrado más cauto al respecto. "La unión de muchas buenas reivindicaciones no necesariamente da como resultado un buen acuerdo de coalición", ha dicho, agregando que una de sus prioridades está en la economía.
Los dos primeros días de conversaciones, este viernes y sábado, se centrarán en cuestiones económicas. Uno de los principales escollos que tendrán que superar de cara a cerrar una coalición es el tema de los impuestos, ya que el SPD está a favor de aumentarlos, mientras que el bloque conservador quiere reducirlos.
Ante los numerosos asuntos pendientes, Merz ha priorizado un cronograma más holgado, si bien desde el SPD han instado a acelerar el proceso. "No estamos redactando un acuerdo de coalición para los próximos 20 años", ha enfatizado la colíder del SPD, Saskia Esken.
Los conservadores, encabezados por Merz --favorito para convertirse en el próximo canciller-- se impusieron con claridad en los últimos comicios, pero necesitan otros socios para poder gobernar y la aritmética más factible pasa por un acuerdo con el SPD pese a que en campaña ambas partes habían alejado esta posibilidad.
La Cámara Baja del Parlamento alemán, el Bundestag, celebró el martes la primera sesión de la nueva legislatura, en la que la conservadora Julia Klockner fue elegida sin contratiempos como nueva presidenta del órgano.