MÉXICO DF, 18 Jul. (Notimérica/EP) -
Que el maíz es un elemento esencial de la gastronomía mexicana no es ningún secreto para nadie, pero quizá no esté tan extendido que también ha sido un producto relevante en el desarrollo cultural del país azteca.
Para despertar el interés sobre la importancia de esta planta, base alimentaria de los mexicanos, el Centro Comunitario Ex Convento de Culhuacán, en Ciudad de México, acoge hasta el próximo 10 de agosto la exposición '¿Maíz en la Ciudad de México? Su presencia en Milpa Alta y Culhuacán'.
La muestra está conformada por artesanías hechas con maíz y elementos derivados procedentes de Jalisco, Tlaxcala, Guerrero y el Distrito Federal, particularmente de Xochimilco, y entre las piezas que el público puede ver también se encuentra una escultura en piedra de Chicomecóatl (chicome, siete; cóatl serpiente), diosa mexica de la subsistencia, particularmente del maíz, de la vegetación y la fertilidad.
El objetivo de la exposición es despertar el interés sobre la importancia de esta planta, base alimentaria de los mexicanos, según explica Carmen Morales, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En sí mismo el maíz, planta sagrada regalo de Quetzalcóatl a los seres humanos, ha representado un sistema de vida, derecho a la alimentación y respeto a la naturaleza; "pero sobre todo, como producto emblemático de la vida nacional, ha sido la base de nuestro desarrollo cultural", dijo Miriam Hernández, directora del Centro Comunitario Ex Convento de Culhuacán.
Según la especialista Carmen Morales, en el caso de la capital del país, las delegaciones que más producen esta gramínea son Milpa Alta, Tlalpan, Tláhuac y Xochimilco.
En lo que respecta a Culhuacán, ésta se hace a pequeña escala y para autoconsumo, mientras que en el Barrio San Cristóbal, Xochimilco, la gente trabaja por tradición el totomoxtle, hoja que rodea la mazorca, que es secada, blanqueada con cloro y teñida con anilinas de colores para crear figuras sobre la Pasión de Cristo, o de la Virgen de Guadalupe.
En cuanto a las festividades en torno al maíz, Ana Graciela Bedolla, coautora de la exposición, dijo que en varias partes de la ciudad y el país se han perdido, y entre las que perviven, el 2 de febrero se bendice la semilla, posteriormente se siembra y cuando empieza a crecer se hace un ritual de petición de lluvia, y el 15 de agosto llegan las cañas y se hace su celebración hasta llegar a la cosecha.