Abarca y su mujer sobrevivían en una casa destartalada de un barrio humilde de México DF
MÉXICO DF, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, aseguró que "ya no aguantaba más" escondido, al ser detenido junto a su esposa, María de los Ángeles Pineda, como autores intelectuales de la desaparición de los 43 'normalistas' (estudiantes de magisterio) de dicho municipio mexicano.
Eran las 2.30 (hora local) del martes cuando efectivos de la Policía Federal irrumpieron en una modesta vivienda del barrio de santa María Aztahuacán, en la delegación Iztapalapa, en la capital mexicana para detener a la ya bautizara por la prensa como "pareja imperial".
Los agentes se colaron en la casa sin hacer el más mínimo ruido para impedir que Abarca y Pineda escaparan al advertir su presencia. El todopoderoso matrimonio de Iguala fue despertado a gritos para darse cuenta de que su plan de fuga había quedado desbaratado.
Según fuentes citadas por los medios de comunicación mexicanos, Pineda reaccionó como si no supiera por qué estaba siendo detenida, y con cierta superioridad. "¡Ya déjenme, qué se creen!", dijo, de acuerdo con 'La Jornada'. Enseguida fue reducida y esposada.
Abarca, por su parte, reaccionó de forma muy distinta. "Ya no aguantaba más esconderme", habría dicho. Al parecer, no opuso ninguna resistencia y se mostró pensativo durante todo el operativo de seguridad.
Poco antes de las 4.00 (hora local) Abarca y Pineda eran puestos a disposición de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde se les hicieron exámenes médicos para constatar que no habían sido maltratados.
Desde entonces, la "pareja imperial" permanece recluida en la SEIDO para ser interrogada por los investigadores del caso. Todavía no ha trascendido nada, pero el nuevo gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, ha indicado que los 43 'normalistas' podrían estar vivos.
La hija de Abarca y Pineda, Yazareth Liz, se ha presentado voluntariamente en la SEIDO, donde será interrogada en calidad de testigo sobre las actuaciones de sus padres, ha informado el diario mexicano 'Milenio'.
ADIÓS A LA POMPA PRESIDENCIAL
Abarca y Pineda eran la pareja presidencial de Iguala, un municipio que, de acuerdo con la Procuraduría General de la República (PGR), gobernaban en total complicidad con el 'mini-cártel' Guerreros Unidos, y lo hacían con todo tipo de lujos y ostentación de ello.
Pero hace exactamente 34 días, salieron a hurtadillas del que había sido su reino ante la sospecha de que sobre ellos recaería pronto la Justicia por los sucesos de Iguala.
Desde entonces nada fue igual para ellos. Así lo demuestra su guarida en México DF, a donde se cree que llegaron hace apenas unos días, aunque las autoridades federales no han revelado dónde más estuvieron.
Abarca y Pineda recalaron en la pequeña casa de Iztapalapa, una de las zonas más deprimidas de la capital mexicana, con un alto índice de criminalidad, por mediación de una amiga de su hija, Noemí Berumen Rodríguez, que se la dejó como refugio.
Aparentemente abandonaba, tenía las ventanas rotas y tapadas con cartones. En el interior, un colchón hinchable, una mesa de plástico con algunas manzanas encima y dos maletas: una rosa muy pesada con los enseres de Pineda y otra negra más ligera con las cosas de Abarca.
UN MES DE BÚSQUEDA
El procurador general, Jesús Murillo Karam, ha explicado que la detención de Abarca y Pineda es el resultado del trabajo de la Inteligencia federal con tecnología y análsis de "fuentes abiertas" y de campo.
El jefe de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), Monte Alejandro Rubido, ha detallado que, desde que se dieron a la fuga, los investigadores empezaron a elaborar un listado de bienes a nombre del matrimonio tanto en Guerrero como en otros estados.
"Ello se complementó con un diagrama de vínculos de familiares, amigos y socios, para establecer una lista de aproximación a los objetivos, con base en las investigaciones", ha añadido, precisando que "las dos ciudades donde había más posibilidades de encontrarlos eran Monterrey y el Distrito Federal".
43 'NORMALISTAS' DESAPARECIDOS
Según ha determinado la investigación federal, los 'normalistas' llegaron a Iguala el 26 de septiembre para recaudar fondos para viajar a la capital el 2 de octubre con el fin de participar en la conmemoración de la matanza de Tlatelolco.
Ese mismo día, la esposa del alcalde tenía que presentar un informe de su labor al frente del Sistema de Desarrollo Integral para la Familia municipal e iba a dar una fiesta. Ante el temor de que los estudiantes pudieran alterar la celebración, como ya había ocurrido en el pasado, el alcalde ordenó a la Policía actuar contra los 'normalistas'.
Con apoyo de agentes del municipio de Cocula, los policías abrieron fuego contra los estudiantes, matando a seis de ellos y dejando 25 heridos. Durante los enfrentamientos, procedieron a la detención ilegal de numerosos estudiantes, a los que trasladaron a los límites de Cocula e Iguala, donde los entregaron al 'mini-cártel' Guerreros Unidos.
A partir de ahí nada se sabe del paradero de los 43 'normalistas'. Desde entonces, en la zona han aparecido varias fosas comunes, aunque por el momento no se ha confirmado que los restos hallados en ellas correspondan con los de los jóvenes desaparecidos.