NUEVA YORK, 20 Jul. (Notimérica/EP) -
El primer ser humano que pisó la Luna fue el astronauta estadounidense Neil Armstrong, a bordo de la nave espacial Apolo 11, el 20 de julio de 1969, hace 45 años este domingo. Un proyecto de ley de EEUU pretende declarar parques nacionales los lugares en que aterrizaron las naves Apolo entre 1969 y 1972.
En el vídeo puedes ver a Neil Armstrong tras aterrizar en la Luna, dando los primeros pasos del hombre sobre el satélite.
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La iniciativa legislativa ha suscitado el debate sobre la soberanía de la Luna. "El programa lunar Apolo fue uno de los grandes logros de la historia estadounidense", según reza el texto legal, presentado ante la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos en julio del año pasado por la representante demócrata Donna Edwars.
El documento, remitido al Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología y al Comité de Recursos Naturales, todavía no ha sido presentado en este período de sesiones, que concluye en enero de 2015, y los expertos no confían en que prospere.
El proyecto de ley tendría que ser aprobado por las dos cámaras del Congreso, la Cámara de Representantes y el Senado, y después ser firmado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para salir adelante, según ha publicado la agencia de noticias Sinc.
De aprobarse el proyecto, otros Estados como China, que pueden actualmente aterrizar en la Luna, perderían este privilegio. Además, Estados Unidos quiere recalcar que los artefactos que puso en la Luna son significativos para el país y la humanidad.
LA ONU, EN CONTRA
El Tratado del Espacio Exterior de la ONU, firmado en 1967, al que se han adherido más de 100 países, entre ellos Estados Unidos, establece que el espacio ultraterrestre no puede ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía.
Además, el conocido como Acuerdo de la Luna, publicado por la ONU en 1979, reconoce al satélite como una propiedad común que debería regirse por un régimen jurídico internacional, aunque sólo lo han firmado 15 países.
El proyecto de ley que daría la soberanía del satélite a Estados Unidos, también contempla que, una vez declarados parques nacionales lunares, se presenten a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para conseguir el título de Patrimonio de la Humanidad.
El problema es que la UNESCO sólo considera Patrimonio de la Humanidad a lugares que estén en la Tierra y es el organismo el que propone estos sitios.
LA SOBERANÍA DE LA ANTÁRTIDA
La Antártida también experimentó hace unas décadas el mismo debate sobre su soberanía y acabó siendo considerada como una reserva internacional para la ciencia y la educación.
El Tratado Antártico, aprobado en 1961, evitó que naciones como Reino Unido, Estados Unidos o Argentina usasen el territorio como zonas de pruebas militares y lo consagró como un lugar para la investigación científica.
El problema ha surgido en relación a los recursos. El Protocolo de Madrid, prohíbe toda actividad relacionada con los recursos minerales, excepto para usos de investigación.
El documento legal podría servir como inspiración para la redacción del proyecto de ley sobre la Luna, ya que ambos territorios son de interés común internacional, no pertenecen a ningún país, no tienen población y son de difícil acceso y supervivencia.
VOCES EN CONTRA
El astronauta de la NASA, Harrison H.Schmitt, miembro de la Apolo 17, la última nave que viajó a la Luna, está en contra de un tratado similar al Protocolo de Madrid.
"Prohibir el desarrollo de los recursos lunares, por ejemplo, negaría a la humanidad una de sus opciones más importantes para una prolongación indefinida y una mejora de la civilización", según ha señalado Schmitt en su libro "Vuelta a la luna".
Estados Unidos, Rusia, China e India han mostrado su interés en extraer de allí helio-3, un posible combustible para la energía de fusión nuclear.
DENISS HOPE, SOBERANO GALÁCTICO
El empresario estadounidense Dennis Hope vende desde años parcelas en la Luna y ha creado su propio Gobierno Galáctico, que él mismo preside. Como el Tratado de la ONU de 1967 mantiene que los objetos espaciales no pueden ser propiedad nacional, Hope asegura que escribió una carta al organismo solicitando la propiedad de forma individual de la Luna, los ocho planetas y sus satélites.
Al no obtener respuesta, ha asumido que es el dueño y está vendiendo parcelas como si se tratase de un lugar de veraneo. "La Luna me pertenece desde 1980 y ningún gobierno tiene derecho a utilizarla a menos que yo le de permiso", ha afirmado Hope, quien afirma haber ganado millones de dólares vendiendo los hipotéticos terrenos.
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