MADRID, 25 Sep. (Notimérica/EP) -
Su nombre ha resonado tanto en los últimos meses que ya es casi un personaje popular, pero lo cierto es que el juez federal del Distrito Sur de Nueva York, en Estados Unidos, Thomas Poole Griesa, lleva ejerciendo más de 40 años en su cargo y es conocido por la rotundidad en sus decisiones.
En 1982, cuando llevaba 10 años trabajando como juez en la ciudad de la 'Gran Manzana', Griesa ya se había ganado una reputación por ser capaz de seguir adelante con sus planes a pesar de cualquier riesgo y advertencia, tal y como publicó 'The New York Times' en aquel año.
Griesa, originario de Kansas, Estados Unidos, nació 1930. Se graduó en Harvard y en la escuela de Leyes de Stanford y desde 1958 se dedicó a la abogacía en un estudio privado hasta que ser designado juez por el expresidente Richard Nixon en 1972. En el año 2000, asumió su cargo actual de juez federal.
El magistrado responsable de poner en riesgo la reestructuración de la deuda argentina de estos últimos diez años es considerado entre sus compañeros de la Justicia norteamericana como un "juez duro y poco flexible".
Sin embargo, la decisión que tomó en 2012, en el caso particular que dejó a Argentina al borde de una suspensión de pagos, causó gran asombro porque obligó al Gobierno a destinar a los fondos buitre una suma de alrededor de 1.500 millones dólares.
Desde el año 2003, se habían realizado varias demandas de 'holdouts' contra el país lationamericano, pero Griesa solía ser justo hasta que cambió su postura.
Tal y como explica el portal de noticias argentino 'Info News', los lobbistas comentan que, desde que el juez cumplió 80 años -ahora tiene 84-, tuvo un cambio absoluto en su actitud. Pasó de ser considerado un hombre justo e inflexible a ser cuestionado en sus decisiones y, especialmente, en su posibilidad de seguir manteniendo ese cargo.
'The Robbing Room', un sitio web especializado en analizar la conducta de los jueces federales de EEUU, sostiene que Griesa ya muestra "claros signos de deterioro en sus habilidades mentales", por lo que "debería haberse retirado ya".
SU DUELO CON ARGENTINA
Por otro lado, en el despliegue de comentarios sobre Argentina que tuvieron lugar a partir de junio se le acusa, sobre todo, de introducir "inseguridad financiera".
También sorprende la dureza con la que el juez recibe las publicaciones de la prensa, tanto de Argentina como de medios estadounidenses. Se molestó especialmente con Fernández de Kirchner y con el entonces ministro de Economía, Hernán Lorenzino, cuando realizó su fallo en 2012.
"No se puede pasar por alto el desafío a no pagar", indicó el juez en su fallo. Fundamentó su decisión en que se había dicho en Argentina que no se pagaría a los fondos buitres más de lo que se había pagado a los tenedores de bonos que ingresaron de 2005 y 2010.
A pesar de que todos los sondeos, desde los de las encuestas más cercanas al kirchnerismo hasta los de las más opositoras, están de acuerdo, tal y como publica 'The Huffington Post', en que Fernández de Kirchner salió beneficiada de la crisis judicial y financiera arbitrada por Griesa, la presidenta argentina considera que Griesa no actuó correctamente.
"Queremos cumplir y honrar nuestras deudas, pero no queremos ser cómplice de esta foma de hacer negocios que algunos quieren instalar en el mundo", señaló Fernández de Kirchner el pasado 16 de junio, día en que la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó la apelación argentina contra los fondos buitre y el caso volvió a Griesa.
Desde entonces, las idas y venidas entre ambos no han parado. Argentina se encuentra en suspensión de pagos selectivo desde el 30 de julio, después de que el juez Griesa bloquease un pago de sus bonos de deuda reestructurada para forzarla a acatar el fallo a favor de los fondos.
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