Actualizado 05/02/2017 07:29

Iberoamérica y el nuevo modelo económico para alcanzar el máximo desarrollo

Torreta de bombeo de petróleo en California
REUTERS / LUCY NICHOLSON

   MADRID, 5 Feb. (Notimérica) -

   Para conseguir superar el bache que supone la desaceleración del crecimiento económico mundial, que afecta directamente a Iberoamérica, es necesario que la región deje a un lado su modelo tradicional, basado en la exportación de 'commodities', e implemente un nuevo modelo económico, inspirado, entre otras cosas, en la economía digital.

   Esta es la tesis que defiende el profesor de inversiones y negocios de América Latina del Instituto de Estudios Latinoamericanos (Universidad de Alcalá, España), Ramón Casilda Béjar, en un estudio llamado 'Perspectivas y desafíos de política económica para América Latina'.

   El motivo de la necesidad de este cambio de modelo económico se encuentra principalmente en el descenso el precio de las 'commodities' --petróleo, gas, metales y minerales, entre otros--, ingreso principal de la región, que se dedica a exportarlas. Este descenso del precio esta muy influido por un fenómeno relevante a nivel internacional: la desaceleración de la economía china.

   Esta disminución de los ingresos, unida a un sistema económico con baja productividad, falta de industria tecnológica y exportaciones poco diversificadas han supuesto la caída de la producción, la disminución del flujo de capitales y la limitación de la utilización de la inversión pública para solucionar determinados problemas económicos.

   La solución a esta situación, defendida por el profesor Casilda, es la implementación de un nuevo modelo económico para la región, alejado de la dependencia del precio de las 'commodities'. Este nuevo modelo está basado en la puesta en marcha de una serie de políticas estructurales --mejorar la educación, incentivar la participación femenina en el mercado laboral, mejorar el entorno laboral y el estado de derecho...-- que aporten soluciones a la economía a medio plazo.

DESARROLLO FRENTE A CRECIMIENTO

   El desafío se encuentra en que el nuevo modelo no aporte solo crecimiento económico como tal, sino desarrollo. Sobre la diferencia entre estos dos conceptos, el estudio puntualiza que "el desarrollo adquirió una mayor dimensión humana, referida a la distribución del ingreso, a la satisfacción de necesidades básicas como la salud, la educación y la elevación del nivel de vida. Mientras que el crecimiento significa un aumento del tamaño de la economía por la asimilación o adquisición de bienes y servicios".

   El nuevo modelo no debe basarse solo en el crecimiento, que podría producirse sin necesidad de hacer ningún cambio, simplemente esperando el incremento del precio de las 'commodities', sino en lograr el desarrollo de la región para solucionar algunas "tareas pendientes" como la pobreza, la formación de amplias clases medias, el control de la inflación, bajar el nivel de la deuda pública y mejorar el poder adquisitivo.

   Los pilares sobre los que debería asentarse el nuevo modelo económico diseñado por el profesor Casilda son: una industrialización basada en la economía digital, mayor inversión en I+D, mejorar la educación y la sanidad, redistribuir de una forma más equitativa la renta y solucionar el "inaplazable problema de la pobreza".

ECONOMÍA DIGITAL

   De todas estas características esenciales del modelo, el profesor hace hincapié en la economía digital, imprescindible para competir con otras economías. El problema a este respecto se encuentra en que la generación de tecnologías avanzadas se encuentra fundamentalmente fuera de la región, por lo que se hace necesario la creación de un 'ecosistema científico-tecnológico' implementado desde cero y que convierta a Iberoamérica en independiente tecnológica.

   Otros puntos conflictivos con respecto al desarrollo de una economía digital en la región son la financiación pública de este campo, que representa actualmente menos del 0,05 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) --comparativamente, Estados Unidos invierte un 0,3 por ciento de su PIB, seis veces más-- y las lentas conexiones a Internet que ofertan estos países.

   El objetivo de estas políticas económicas, según apunta el profesor Casilda, es "crear un nuevo modelo de crecimiento que debe certificar el 'Made in Latin America' como etiqueta de competitividad y modernidad (...) convertirla en un verdadero sello de reconocimiento y prestigio mundial".