MADRID 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
El banco central de México valora volver a recortar en 50 puntos básicos los tipos de interés en su próxima reunión de política monetaria, hasta llevarlos al nivel del 9%, aunque tendrá en cuenta que se mantenga la convergencia de la inflación a la meta y otros factores externos, como los posibles aranceles de Estados Unidos a la economía mexicana.
Así se desprende de las actas de la última reunión de política monetaria, divulgadas este jueves y en las que se recogen los argumentos que tomó en cuenta la junta del banco hace unas semanas para recortar los tipos en 50 puntos básicos, hasta el actual nivel del 9,5%.
El banco ha valorado positivamente que ha habido un progreso notable en la resolución del episodio inflacionario derivado de los choques de la pandemia y del conflicto bélico en Ucrania. En esta línea, espera que la inflación continúe descendiendo conforme a lo previamente anticipado.
"El panorama inflacionario luce más benigno que en los momentos más críticos del episodio inflacionario", ha sostenido la entidad, que ha añadido que el comportamiento de la inflación subyacente da cuenta del avance logrado.
Con todo, algunos miembros de la entidad han considerado que aún se requiere garantizar que los avances en el componente subyacente se mantengan, pues alcanzar la meta del 3% impulsado meramente por el componente no subyacente sería "un éxito efímero y no un signo definitivo de solución al problema inflacionario".
"Ante un camino sinuoso lleno de riesgos y retos, se debe ser cauto y paciente en el manejo de la postura monetaria, por lo que la velocidad de ajuste no debe incrementarse hasta tener mayor certidumbre", ha apuntado un miembro de la junta.
Asimismo, respecto a la política arancelaria de Donald Trump, un miembro ha argumentado que la incertidumbre generada no debe nublar la visión ni llevar a decisiones apresuradas, sino que se debe mantener un enfoque claro y continuar adoptando medidas que sean coherentes con la convergencia de la inflación a la meta.
En este sentido, ha apuntado que hacia delante es necesario continuar con el proceso de calibración de la postura monetaria que busque adoptar un grado de restricción congruente con el notable progreso en la desinflación y con los riesgos tanto al alza como a la baja.
Para la mayoría de miembros hay un riesgo asociado con los posibles efectos de las políticas que pudiera implementar la nueva administración estadounidense, en particular, la incertidumbre relacionada con los anuncios de cambios en las políticas comercial y migratoria. "Su materialización podría implicar presiones sobre la inflación", ha explicado el banco.
"No hay que adelantarse a los acontecimientos y tomar decisiones sin conocimiento de causa. (...) mientras que hoy se puede apreciar el comportamiento favorable de la inflación, la implementación de aranceles no se ha consumado", ha advertido otro miembro.
Pese a ello, lo más probable de cara a la próxima reunión parece ser un ajuste de magnitud similar, ya que se prevé que el entorno inflacionario permita seguir con el ciclo de recortes a la tasa de referencia, "si bien manteniendo una postura restrictiva"
"En esta etapa ya no se requiere del grado de apretamiento monetario que demandaron los choques globales. La conducción de la política monetaria debe entrar en una nueva fase, en la que la calibración de la restricción puede darse a una mayor velocidad en algunas decisiones", ha estimado uno de los miembros de la junta directiva.