BUENOS AIRES, 29 Jul. (Notimérica/EP) -
Argentina tiene que pagar por sus deudas del pasado y la manera en que lo haga o deje de hacerlo determinará el futuro económico del país. Aunque el pago a los tenedores de fondos no deja de acaparar atenciones, lo cierto es que el país ya ha comenzado a abonar al Club de París una deuda que asciende a 9.390 millones de dólares. Sin embargo, es el litigio irresuelto de 1.500 dólares con los 'fondos buitre' lo que podría llevar al país a la suspensión de pagos o 'default'.
Con el abono de 642 millones de dólares al Club de París, que supone el primer desembolso de un plan, el Gobierno argentino ha querido presentar nuevamente la voluntad de pago que tiene Argentina sobre sus deudas, antes de que venza el plazo este 30 de julio para llegar a un acuerdo con los fondos buitre que ganaron el juicio contra Argentina en los tribunales de Nueva York.
La deuda total que asciende a 9.390 millones de dólares (incluyendo punitorios e intereses) y que corresponde a obligaciones con 16 países en ocho monedas diferentes será terminada de desembolsar en dos pagos: uno de 500 millones de dólares, en mayo de 2015, y otro pago a cargo del próximo Gobierno.
Esta deuda se remonta a 1956, cuando Argentina recibió un crédito por valor de 700 millones de dólares, que se incrementaron hasta los 1.700 millones al termino de la dictadura militar. En el año 2002 Argentina entró en 'default', lo que afectó también al compromiso adquirido con el Club de París. Finalmente, tras renegociar en 2014, se acordó establecer la deuda en 9.700 millones de dólares.
Sin embargo, el Gobierno argentino lo tiene más difícil a la hora de contentar a los otros tenedores de deuda. Aunque Argentina logró reestructurar el 93 por ciento de la deuda impaga en 2001, este miércoles vence el pago de 500 millones de dólares de los inversores que aceptaron el trato con el Gobierno. El 7 por ciento restante es el que quiere el 100% del pasivo original y una parte de ellos -- los 'fondos buitre' -- han conseguido ser escuchado por el juez Thomas Griesa.
La presidenta del Gobierno, Cristina Fernández, dice que su país no caerá en suspensión de pagos porque ya ha pagado lo más de 500 millones de dólares a los inversores que negociaron con el Gobierno, pero el problema es que Griesa ha bloqueado el pago hasta que Argentina desembolse el dinero a los 'fondos buitre'; una suma que depositada en The Bank of New York Mellon, JP Morgan y Citibank, pero no trasferida a los acreedores.
Esta orden del juez deja a Argentina al borde de una nueva suspensión de pagos mientras no alcance un acuerdo con ellos antes del 30 de julio. Por su parte, el Gobierno no puede dejar de ver a sus pies el abismo y sostiene que si ofrece a los 'buitres' mejores condiciones de pago que al resto de bonistas, podría violar una cláusula que abriría la posibilidad de reclamos de los demás acreedores por una suma de hasta 400.000 millones de dólares.
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