NUEVA YORK, 6 Feb. (Notimérica) -
La ciudad de Detroit, en el estado de Michigan, fue el centro financiero y comercial en las primeras décadas del siglo pasado, cuando magnates del mundo del automovilismo como Henry Ford apostaron por ella para poner fábricas y generar empleo, sin embargo, el paraíso de los ricos sufrió un colapso y quiebra, del que ahora podría estar saliendo.
Fue a finales del siglo XIX cuando Detroit inició una escalada económica, que derivó en el traslado de clases pudientes a la ciudad, que empezaron a construir edificios y arquitectura, lo que valió el apodo del 'París del Oeste'. Los primeros años del siglo XX trajeron nuevos éxitos a la ciudad, que se convirtió en sede de las compañías General Motors, Ford y Chrysler, recibiendo el nombre de 'Motor City' ('Ciudad del Motor').
En los años 50, Detroit tenía 1.800.000 habitantes y era la cuarta mayor ciudad del país. En 1970, 1.500.000. En 1990, en torno a un millón. En 2013, unos 700.000, con una tasa de paro del 16 por ciento, el doble que la media nacional, que el año pasado se redujo a un 14,9 por ciento. Hace un año y medio, las autoridades declararon la quiebra de la ciudad.
Cuando declaró la mayor quiebra de su historia, en 2013, la 'Ciudad del Motor' parecía haberse quedado sin gasolina. No sólo perdió empleos, ciudadanos, sino también alumbrado, ya que ese momento sólo funcionaba el 40 por ciento del alumbrado público. Detroit se había convertido en una ciudad oscura y fantasmagórica.
En ese momento, la ciudad se sentía abandonada y las personas que se quedaron pensaban que la declaración de quiebra era sólo un intento del estado de Michigan y los acreedores de la ciudad para finalmente borrarla del mapa.
PRIMEROS PASOS HACIA LA RECUPERACIÓN
El juez que presidió el proceso de quiebra en julio de 2013, Steven Rhodes, vio como un milagro el hecho de que Detroit superase el juicio de bancarrota evitando tener que hacer enormes recortes a las pensiones de los jubilados de la ciudad.
Tampoco se vieron obligados a vender activos importantes, como una colección de arte en el Instituto de Artes de Detroit, que incluye obras maestras de pintores como Matisse o Van Gogh, según ha publicado BBC.
Aunque Detroit está lejos de su apogeo de 1960 y pocos confían en que vuelva a ser como antes el motor económico de la región central de Estados Unidos, ahora ha comenzado a subastar terrenos en lotes, lo que está generando una enorme demanda.
Casi todos los asistentes a la subasta de esta semana ven un progreso en el Gobierno municipal que está funcionando por primera vez en muchos años y lo consideran "suficiente", aunque para Greg Frasier, ciudadano de Detroit y asistente a la subasta, "las cosas no han cambiado mucho en Detroit -la única diferencia, y es una gran diferencia- es que no tenemos poder", refiriéndose al hecho que muchos de los cambios que surgieron de la quiebra no fueron sometidos a votación.
Otro de los signos de la recuperación es el hecho de que el millonario Dan Gilbert, propietario entre otras muchas empresas, de Quicken Loans, la mayor empresa de préstamos online de Estados Unidos y la segunda más grande a nivel nacional ha trasladado su sede a Detroit -y a sus 12.500 empleados- y está renovando y activando más de 60 inmuebles, que estaban en desuso, además de haciendo inversiones en la ciudad.
Otra empresa emblemática que se ha mudado hasta Detroit para fijar su sede es Shinola, especializada en la fabricación artesanal de relojes, bicicletas y agendas. A esto se añade, que muchos emprendedores se han trasladado a la ciudad del motor, donde, además, se ha creado un fondo de inversión que acelera los proyectos más viables.
Durante los últimos cinco años, Detroit ha sido reconocida como un lugar de oportunidades para crear nuevas compañías, y una importante parte de estos negocios son creados por mujeres. La floja regulación, la existencia de pocas barreras y una creciente demanda de productos y servicios hacen de esta ciudad la tierra ideal para iniciar un negocio.
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