CARACAS, 27 Oct. (Reuters/EP) -
Petróleos de Venezuela (PDVSA) confirmó que importará crudos livianos para usarlos como diluyentes del crudo extrapesado que produce, una medida que si bien le ahorrará costos a la estatal, también evidencia retrasos en sus principales metas de extracción.
PDVSA recibió el sábado en el terminal de Jose el primer embarque con hasta 2 millones de barriles de crudo argelino Saharan Blend y ya contrató otros tres cargamentos de este crudo y de petróleo ruso Ural. Este último llegará en noviembre a la refinería Isla que opera la estatal en Curazao.
PDVSA dijo que las importaciones serán "ocasionales", especialmente en la víspera de una parada en noviembre del mejorador de crudo Petrocedeño, con capacidad para procesar 270.000 barriles por día (bpd) de extra pesado y operado además por la noruega Statoil y la francesa Total.
Pero la decreciente producción de los crudos más ligeros que antes eran usados como diluyentes y largas demoras en la construcción de seis nuevos mejoradores en la Faja del Orinoco, la principal zona de extracción en Venezuela, sugieren que las compras podrían no ser solo una estrategia de corto plazo.
PDVSA adquirió condensados nigerianos a finales de 1990 mientras se construían los primeros mejoradores en el país, pero las compras se detuvieron cuando el último de ellos se inauguró en el año 2000. Esta vez la petrolera no ha informado por cuánto tiempo se mantendrán las importaciones.
La siguiente es una lista de metas que PDVSA tendría que alcanzar para detener la compra de crudo foráneo, según analistas y expertos consultados por Reuters:
NUEVOS MEJORADORES
Según las condiciones que estableció PDVSA cuando lanzó una ronda pública de ofertas en 2010 para escoger a los socios que participarían en nuevos proyectos de extracción en el Orinoco, los mejoradores debían estar erigidos para el año 2016.
Empresas italianas, rusas, chinas y vietnamitas están involucradas en seis de estos emprendimientos desde hace cuatro años, pero todos enfrentan retrasos significativos, particularmente en los proyectos de mejoramiento.
Un ejecutivo de uno de los nuevos desarrollos dijo a Reuters que la ingeniería de detalle de la mayoría de estos mejoradores se está iniciando este año y tomará por lo menos dos años más terminarlas. La construcción comenzaría después de esa fase.
"Los mejoradores serán construidos, pero no estarán listos antes de 2019", dijo la fuente que solicitó el anonimato. Una vez construidas, estas instalaciones permitirán a PDVSA aumentar su capacidad de mejoramiento de crudo extrapesado a 1,8 millones de barriles de crudo por día (bpd), desde los 600.000 bpd actuales y, de esa forma, prescindir de las importaciones.
La compañía también planea instalar "despojadores de nafta", instalaciones más sencillas y baratas que permitirían ahorrar costos mediante la reutilización de la nafta que se usa para transportar el crudo.
INCREMENTO PRODUCCIÓN DE LIVIANOS
El bombeo de crudos livianos y medianos cayó 37,5 por ciento en Venezuela desde 2004 para llegar a 1,1 millones de bpd el año pasado, según números de PDVSA. En ese mismo período, la producción de crudos más pesados creció más de 60 por ciento.
Cada barril extraído de la Faja necesita algún tipo de diluyente para ser transportado y exportado. La nafta normalmente ejerce ese rol para llevar el crudo hasta los mejoradores, pero cuando estos no trabajan a plena capacidad o están en mantenimiento es necesario usar crudo liviano para generar mezclas de exportación.
Seis nuevos proyectos de la Faja iniciaron extracción a partir del 2013, pero aún no hay mejoradores listos para procesar esos crudos. La producción conjunta es de unos 18.000 bpd según cálculos independientes, lejos de la meta de 47.000 bpd trazada para este año.
PDVSA tiene la responsabilidad de proveer el diluyente necesario para mezclar todo el extrapesado que sale del Orinoco durante la fase de producción temprana. Había estado utilizando su propia nafta, pero en medio de la crisis que se desató en 2012 con una explosión en su principal refinería, Amuay, recurrió a la costosa compras de nafta en el mercado abierto.
La estatal dice que la diferencia entre el precio del barril de crudo y uno de nafta puede llegar a 30 dólares, por lo que importar nafta ya no es una buena decisión de negocios para una compañía con problemas de flujo de caja. Además, la disponibilidad de otros diluyentes es limitada.
Sustituir la nafta importada por crudo o refinados locales no es una cuestión de meses o pocos años. Las reservas de crudos medianos y ligeros han caído un 10 por ciento desde 2004 debido a la poca atención de PDVSA a campos maduros, dicen expertos.
Se necesita la inversión masiva de recursos, conocimiento y tiempo para revertir la declinación de estos crudos, añadieron.
ACTUALIZACIÓN RED REFINACIÓN
PDVSA prevé desde 2005 ampliar y modernizar su complejo refinador para elevar su capacidad de procesamiento desde los 1,3 millones de bpd actuales, pero la mayoría de los proyectos no se han terminado, limitando su absorción de crudos pesados.
Además, el severo accidente en Amuay causó severos daños en el complejo más grande de Venezuela, el Centro de Refinación Paraguaná (CRP, que desde entonces trabaja por debajo del 80 por ciento de su capacidad de 955.000 bpd.
La refinería Cardón, vecina de Amuay, es una de las mayores productoras de nafta pesada del país, usada principalmente como diluyente para los crudos extrapesados, pero frecuentes paradas imprevistas y la obsolecencia de las instalaciones obligan a PDVSA a importar la mayor parte de la nafta que necesita.
PDVSA anunció esta semana la actualización de un plan de inversiones para sus refinerías que prevé la inversión de 20.000 millones de dólares para ampliar su capacidad un 20 por ciento, pero dio detalles sobre los plazos. La modernización de las refinerías permitiría a la empresa contar con diluyentes de respaldo para sus crudos.