* Senadores se alistan para comenzar a discutir dictamen el jueves
* Izquierdistas se manifiestan pacíficamente contra reformas
* Opositor PAN pide reforma profunda, más apertura que proyecto del Gobierno
(Actualiza con nuevas citas, contexto)
Por David Alire Garcia y Adriana Barrera y Miguel Angel Gutiérrez
MEXICO DF, 4 dic, 4 (Reuters/EP)
- El Congreso de México se apresta a iniciar esta semana las votaciones de una controversial reforma energética, que constituye el corazón de una agenda de iniciativas económicas lanzadas por el Gobierno para apuntalar la estancada producción de hidrocarburos en la segunda mayor economía de Latinoamérica.
Y aunque el Gobierno propuso un plan para ofrecer contratos de utilidad compartida en petróleo y gas para seducir capitales privados, el opositor Partido Acción Nacional (PAN), segunda fuerza en el Congreso, presiona por un esquema más abierto que podría incluir esquemas de producción compartida, licencias y concesiones.
Varios legisladores dijeron que el jueves podrían iniciar las deliberaciones de un proyecto de dictamen que básicamente ha sido negociado entre el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el derechista PAN. Ambas fuerzas han insistido en que se requieren modificaciones a la Constitución.
Del otro lado de la barrera, los partidos de izquierda rechazan una reforma amplia que afecte la arraigada propiedad del Estado sobre los hidrocarburos y han denunciado que el PRI y el PAN preparan la entrega del petróleo a transnacionales al arrebatarle los derechos a la gigante estatal Pemex.
O MAS PROFUNDA, O NADA
El PAN ha dicho que si el proyecto no apunta hacia algo más allá que los contratos de utilidad compartida, que muchos analistas consideran insuficientes para atraer inversores, podrían no acompañar al PRI, al que no apoyó en una reciente reforma fiscal.
"No puede ser nada más eso (contratos de utilidad compartida) porque eso no funciona. A las empresas ya no les gustan esos contratos de utilidad compartida y a nosotros tampoco", dijo a Reuters el diputado panista Juan Bueno.
Su partido también está haciendo presión para que con la reforma sea creado un autónomo fondo petrolero que administre los recursos derivados de las ganancias del sector, se defina el papel jurídico de los órganos regulatorios así como la autonomía presupuestal de Pemex, que depende actualmente de la Secretaría de Hacienda.
Horas antes, el senador David Penchyna, presidente de la comisión de Energía de la Cámara alta, dijo que confiaba "en que vamos a alcanzar el número de votos suficientes, necesarios para hacer una reforma (...) constitucional en materia energética".
En tanto, miles de policías custodiaban la sede del Senado localizado en el cruce de dos céntricas y transitadas avenidas capitalinas, y desde el lunes fueron colocadas vallas metálicas de alta resistencia en previsión de protestas.
Unos cientos de manifestantes de la izquierdista agrupación política MORENA -fundada por el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador- se apostaron el miércoles en las diferentes puertas de la sede legislativa para protestar por la reforma.
"Entiende Peña, Pemex no se vende, se ama y se defiende", gritaban los manifestantes.
López Obrador fue operado el martes de emergencia luego de sufrir un infarto, pero uno de sus hijos tomó el miércoles su papel en las protestas, las cuales se han venido sucediendo esporádicamente en contra del Gobierno Del presidente Enrique Peña Nieto.
APERTURA HISTORICA
Para allanar el camino, el Senado dio el miércoles en la madrugada la aprobación final a una reforma política que la oposición exigía como condición para iniciar las discusiones del controversial proyecto energético.
El dictamen de proyecto de reforma debe ser aprobado primero por las comisiones para luego pasar al pleno del Senado. De allí pasaría a comisiones de diputados y luego al pleno. Posteriormente debe recibir el visto bueno de la mayoría de los 31 congresos estatales.
El Gobierno aspira tener el visto bueno del proyecto este mes para poder comenzar a hacer las primeras licitaciones en el 2014.
Si la controvertida reforma -que abarca también al clave sector eléctrico- es aprobada finalmente, se convertiría en la mayor apertura de la industria energética de México en décadas, después de que fuera nacionalizada en 1938.
Pemex, una de las mayores petroleras del mundo, lucha por elevar la estancada producción de crudo de 2.5 millones de barriles por día (bpd), tras haber alcanzado un récord de 3.4 millones de bpd en el 2004.
Peña asegura que la reforma energética y la iniciativa fiscal -que se suman a otras aprobadas en el Congreso- son imprescindibles para modernizar a la ralentizada economía mexicana para llevarla a crecer al menos a un ritmo del 6 por ciento anual.
(Con reporte de Miguel Angel Gutierrez, escrito por Ana Isabel Martinez, editado por Manuel Farías)