LIMA, 30 Jun. (Reuters/EP) -
Un consorcio formado por la brasileña Odebrecht y la española Enagás ganó el lunes una licitación para construir y operar un gasoducto que demandará una inversión de hasta 4.000 millones de dólares en Perú, el proyecto energético más grande del país y clave para el Gobierno del presidente Ollanta Humala.
Proinversión, el ente que promueve la inversión privada en Perú, adjudicó el proyecto al grupo denominado Gasoducto Sur Peruano, en el que la constructora Odebrecht tiene un 75 por ciento de participación y Enagás un 25 por ciento.
El gasoducto de unos 1.000 kilómetros se extenderá desde el rico yacimiento de gas natural de Camisea, ubicado en la selva al sur de Perú, y cruzará los Andes hasta la región costera de Moquegua, donde operan grandes mineras.
"Los recursos de Camisea, que han servido al desarrollo en los últimos 10 años, van a llegar esta vez a los mercados del sur y van a permitir sostener el crecimiento, que es la única manera viable para combatir la pobreza en nuestro país", dijo a periodistas el ministro de Energía y Minas, Eleodoro Mayorga.
El plazo para construir el gasoducto es de 56 meses, una vez firmado el contrato de concesión, según la agencia estatal.
La concesión del proyecto se produce en momentos en que la economía de Perú, ha perdido fuerza ante la menor demanda de los minerales que exporta el país de parte de grandes consumidores mundiales como China.
Proinversión dijo que Odebrecht y Enagás ganaron la subasta al ofertar 7.329 millones de dólares, incluyendo la inversión de entre 3.600 millones y 4.000 millones de dólares para construir el gasoducto y los gastos administrativos que se generarán durante los 34 años de concesión del proyecto.
El ente estatal rechazó la oferta técnica del otro grupo interesado en el proyecto, el de la francesa Suez, la estadounidense Sempra, la argentina Techint y la colombiana TGI.
Este consorcio presentó un reclamo a Proinversión, alegando que el proceso fue "irregular" al ser descalificado sin haber vencido el plazo de subsanación a su propuesta.
ZONA CLAVE
La española Enagás dijo en un comunicado que actuará como "operador calificado" en el consorcio y será responsable del mantenimiento del gasoducto, mientras que Odebrecht se encargará de la instalación y construcción de la infraestructura.
Actualmente Enagás participa en el consorcio Transportadora de Gas del Perú (TgP), que opera un gasoducto que nace en Camisea y se extiende hasta Lima, la capital del país.
Este gasoducto abastece el combustible que genera al menos el 50 por ciento de la energía eléctrica en el país.
Un objetivo clave del plan es reforzar el vulnerable sistema eléctrico de Perú, un país que aún crece a una de las tasas más altas de Latinoamérica y donde grandes minas con un alto consumo de energía comenzarían a producir en el próximo quinquenio.
La primera etapa del plan energético integral del Gobierno ya está encaminada, con la adjudicación a fines del año pasado de un polo eléctrico en el sur del país que considera por el momento una inversión de 800 millones de dólares.
La israelí Samay y la filial local de la francesa GDF Suez ganaron por separado el plan para la construcción y operación de las dos plantas termoeléctricas de 500 megavatios cada una.
La licitación del gasoducto para el sur de Perú se concretó tras varias postergaciones. Otro obstáculo en el proceso fue por temas de seguridad, ya que en la zona de Camisea -con reservas probadas de 12,7 TCF (billones de pies cúbicos) de gas- operan remanentes de la guerrilla Sendero Luminoso.
El Gobierno de Humala ha intensificado el combate contra los grupos rebeldes que operan en contubernio con el narcotráfico.