Publicado 17/02/2025 14:24

Unicaja pasa de nivel tras una Copa fallida para el Madrid y dramática en el Barça

Unicaja, campeón de la Copa del Rey 2025
Unicaja, campeón de la Copa del Rey 2025 - AITOR ARRIZABALAGA / ACB PHOTO

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 17 Feb. (EUROPA PRESS) -

La 89º edición de la Copa del Rey en Las Palmas sonrió a un Unicaja que empieza a acostumbrarse a levantar trofeos y que discute incluso el dominio nacional al Real Madrid, derrotado con claridad en la final, y más aún al Barça, asomado a una nueva crisis.

Como un temporal de los que azota de vez en cuando la isla, como este mismo domingo dejaba olas de más de cinco metros en la playa de Las Cantera, el Unicaja arrasó a su paso por el Gran Canaria Arena. 'Ibon tiene un plan', canta la charanga malacitana del técnico que llegó a Málaga en febrero de 2022 despedido del Andorra, y sus jugadores, "14 tíos muy buenos", lo llevan a cabo.

Una vez es casualidad, dos coincidencia, tres, cuatro y cinco títulos lleva el Unicaja en los últimos dos años, con una tremenda sensación de equipo además, una máquina de competir. La Copa de hace dos años, ganando a Barça y Madrid en su camino, fue toda una declaración de intenciones que resonó esta semana en Las Palmas.

"Cuando un equipo es exitoso tienes que asumir un rol diferente. No puedes fallar. Tiene una parte buen, que son los trofeos, y una parte mala, que es asumir la responsabilidad de que te conviertes en un equipo del siguiente nivel. Lo más importante es que no perdamos el hambre", dijo Ibon Navarro tras alargar la racha.

Aquella Copa de Badalona, la Champions FIBA el año pasado y, esta temporada, Intercontinental, Supercopa y Copa: cinco de los nueve títulos de la historia del Unicaja en dos años. Entre medias, campeón de la Fase Regular de la Liga la pasada campaña y, en esta, líder de momento después de la primer vuelta. "Es un hecho, Unicaja es una alternativa", dijo Chus Mateo tras caer este domingo.

El Unicaja volvió a superar a los blancos en una final, como hiciera hace cinco meses en la Supercopa, y lo logró una vez más repartiendo el protagonismo. El MVP de la Copa fue Kendrick Perry, pero pudieron serlo David Kravish o Kameron Taylor, en ese reparto de roles al servicio del equipo que somete a los rivales.

En Las Palmas fueron cayendo uno a uno, sin discusión. El Joventut, un club histórico que sueña con emular la era malagueña, fue la primera víctima en cuartos de final, y después le tocó a La Laguna Tenerife, ambas victorias cimentadas en el tercer cuarto. Contra los canarios, el festival fue de Alberto Díaz y Yankuba Sima.

El base internacional fue decisivo tanto en defensa, su seña de identidad, como de experto tirador en ataque, pero en la final se resintió del tremendo esfuerzo. Navarro solo pudo contar siete minutos con su capitán, pero "es lo que es este equipo, cada día aparece uno". El Madrid se quedó sin la Copa 30, encomendado a un giro épico con Sergio Llull, artífice ya de varios milagros.

Ni el '23', ni la intimidación de Edy Tavares, ni el vértigo de Facundo Campazzo o el liderazgo que parece asumir Mario Hezonja evitaron la derrota. Los de Chus Mateo fueron de más a menos en el Gran Canaria Arena: pletóricos contra el BAXI Manresa, sufriendo ante el Dreamland Gran Canaria y sin remedio para el ciclón cajista.

Al Madrid le toca seguir remando, mejorado tras un inicio de campaña complicado por encajar salidas importantes con nuevas piezas, pero sin campeonar en Las Palmas. De la Copa solo sale un equipo contento, a pesar de saborear la euforia como hizo el anfitrión superando al Valencia Basket y poniendo contra las cuerdas al Madrid durante el primer tiempo de la semifinal.

LA DEBACLE EN EL BARÇA APRIETA A UN EQUIPO TOCADO

También vivieron ese sube y baja los de La Laguna, con la exhibición de Marcelinho Huertas contra el Barça para después rozar la segunda final de su historia. El base brasileño, el jugador más veterano en disputar la Copa, dejó una actuación para el recuerdo a sus casi 42 años y enseñó la puerta de salida a los catalanes.

Solo este Barça podía ser capaz de empezar con el mejor primer cuarto de la historia de la competición (33 puntos) y terminar eliminado en su debut. El poder curativo de un torneo que sanó al Barça de Svetislav Pesic o supuso el primer título con Sarunas Jasikevicius no ayudó a los de Joan Peñarroya en una temporada irregular, llena de dudas y pasos en falso.

El cuestionado técnico catalán, con mal fario copero ya que tampoco pasó el primer partido con Valencia Basket ni Baskonia los años anteriores, vio a su equipo derrumbarse con la confianza por los suelos y huérfano de Kevin Punter. El mejor jugador culé se lesionó en el inicio del segundo tiempo y nadie acudió al rescate.

Sobre un panorama muy poco halagüeño, la urgencia de levantarse --14 años sin ganar la Euroliga y dos Ligas de las últimas 10-- aprieta a un Barça que tendrá aún varias semanas sin el base estadounidense y, posiblemente, tampoco podrá contar con Darío Brizuela, con problemas en el tendón de Aquiles. El jugador vasco, ex del Unicaja, tendrá seguro el debate interior de cómo el conjunto malagueño pasa de nivel mientras el Barça se queda atrás.

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