RIO DE JANEIRO, 14 Jul. (Reuters/EP) -
El mediocampista colombiano James Rodríguez se despidió del Mundial en medio de lágrimas y el consuelo de compañeros y rivales tras la derrota ante Brasil, pero el domingo tuvo una pequeña revancha al ganar la 'Bota de Oro', siendo reconocido como el máximo artillero del torneo.
El jugador del Mónaco, de 23 años, se convirtió en un mimado de los hinchas y en el terror de las defensas rivales con la misma rapidez. Los colombianos esperaban partido a partido que liderara las coreografías del equipo cafetero después de cada gol, y los zagueros intentaban desesperadamente evitarlo.
Pero en el final, los simpatizantes se llevaron la mejor parte: Rodríguez terminó la Copa como el máximo artillero del Mundial, con seis tantos en cinco partidos. Y muchos creen que su monumental volea ante Uruguay fue el mejor gol de la Copa.
Además del doblete ante la "celeste" por octavos de final, Rodríguez marcó un tanto ante Grecia, Costa de Marfil y Japón en la etapa inicial y el gol en la derrota 2-1 ante Brasil en cuartos.
Los seis goles de Rodríguez le dieron el premio de artillero, superando a figuras consagradas como el alemán Thomas Müller, Bota de Plata con cinco conquistas, y el brasileño Neymar, Bota de Bronce con cuatro gritos y una asistencia.
"Desde las primeras prácticas él mostró esa capacidad, no sólo para jugar bien, sino esa capacidad goleadora", sostuvo Armando Yull Brenner Calderón, quien vio por primera vez a Rodríguez a los siete años, eludiendo rivales en una deteriorada cancha de un barrio de la ciudad de Ibagué, mucho antes de que se convirtiera en una de las figuras fulgurantes del Mundial.
"Era un niño que casi en todos los partidos marcaba mínimo un gol", rememoró.
El inexperto jugador, conocido simplemente como James, pasó seis años en la academia perfeccionando sus habilidades para unirse después a Envigado, un equipo de segunda división que juega cerca a Medellín, cuando todavía era un joven adolescente.
Nacido en Cúcuta, en la frontera con Venezuela, Rodríguez creció en Ibagué, sin su padre, también futbolista, que se fue de casa cuando él era un niño.
Rodríguez, cuya cara de niño es reconocible al instante en las fotografías que adornan la oficina de Brenner, fue sin duda la mayor revelación del Mundial de Brasil. El joven mediocampista llegó a eclipsar Neymar o el argentino Lionel Messi.
Además de sus seis goles, jugó 399 minutos, en los que cometió 10 faltas, recibió una tarjeta amarilla y completó con éxito el 69 por ciento de sus pases.
"El trabajo de James (en el Mundial) fue excelente y nosotros lo esperábamos. Es un jugador excepcional, que tiene un talento enorme y muchas ambiciones. Hoy él trató de hacer lo mejor en un partido difícil", dijo el entrenador de Colombia, José Pekerman, luego de la eliminación.
Y las grandes actuaciones de Rodríguez resultaron aún más impresionantes debido a que se convirtió en el referente de un equipo que se había quedado sin su gran guía: el lesionado delantero Radamel Falcao García, con quien comparte equipo en el Mónaco y también había sido su compañero en el Porto.
"Cumplimos los sueños que teníamos" dijo el jugador tras la eliminación en los cuartos de final ante Brasil. "Qué pena que tengamos que irnos. Queríamos seguir, pero estamos bien".