BELO HORIZONTE, (Brasil), 8 Jul. (Reuters/EP) -
El árbitro mexicano que no observó la acción en que Luis Suárez mordió a un defensor italiano en la Copa del Mundo recibió el beneplácito de Brasil, pero una advertencia de Alemania en la previa del partido por semifinales del martes también podría pesar.
Marco Rodríguez dirigió el partido entre Uruguay e Italia por el Grupo D, cuando Suárez mordió a Giorgio Chiellini.
El árbitro siguió una jugada y no vio lo sucedido con Suárez, pero la FIFA suspendió al atacante uruguayo con nueve partidos con su selección y cuatro meses de inhabilitación.
Cuando un periodista le consultó a Luiz Felipe Scolari si desconfiaba del árbitro después de no haber visto la polémica jugada, el técnico brasileño salió en su defensa.
"No lo vio. Muchas cosas suceden. Muchas veces el árbitro no ve una falta, otras cosas que suceden en el partido. A veces cuando miran el balón, otras cosas ocurren que no ve. Es por eso que tienen a los asistentes", dijo Scolari.
"Es un árbitro que está en su tercera Copa del Mundo, tiene mucha experiencia. Creo que es una de las opciones correctas de la FIFA para arbitrar este partido", agregó.
La preocupación de Alemania no es que no haya visto la mordida sino el estilo de Brasil en el partido ante Colombia por cuartos de final, cuando el local trató con dureza al mediocampista James Rodríguez y se produjeron una serie de faltas sin sanción antes de que el delantero local Neymar recibiera una dura entrada que lo dejó fuera de la Copa.
Brasil cometió 31 faltas ante Colombia, pero el árbitro español Carlos Velasco no mostró una tarjeta amarilla sino hasta el segundo tiempo, cuando los dos equipos ya sumaban 41 infracciones.
Rodríguez necesitará ser más firme, dijo el entrenador alemán Joachim Löw en una conferencia de prensa.
"Mi esperanza, o lo que espero, es que el árbitro Rodríguez castigue estas cosas", aseguró.
"En el último partido (Brasil ante Colombia) este juego físico casi superó el límite. En Europa no habrían 22 jugadores en la cancha al final. Fue un poco exagerado. Uno tiene que castigar estas tácticas rústicas y brutales", agregó Löw.