BUENOS AIRES, 23 Jun. (Notimérica) -
Los partidos entre River Plate y Boca Juniors configuran el superclásico del fútbol argentino. Los cánticos de las aficiones y la tensión del ambiente envuelven al partido en un clima sin igual. El 23 de junio de 1968 se volvieron a enfrentar.
El encuentro fue un aburrido y tedioso empate a cero, acompañado por el intenso frío del invierno. Minutos antes de que el árbitro pitara el final, miles de personas se dirigieron a la calle por la Puerta 12. Aquel día no es recordado por ningún alarde en el campo, sino como la peor tragedia futbolística del país con 71 muertos y 113 heridos.
En el marco de la 77º Liga Argentina, los dos máximos rivales se enfrentaban en El Monumental. Con todas las entradas vendidas, más de 90.000 almas se desgañitaban en animar a su equipo. Sin embargo, ninguno de los conjuntos se jugaba nada, River llevaba 18 años sin ganar el título y Boca no tenía opciones. El encuentro se retrasó debido a que Ángel Clemente Rojas 'Rojitas' le robó la gorra al portero de los millonarios, Amadeo Carrizo. El arquero era muy supersticioso, por lo que no dejó que empezara el partido hasta que se la devolvió.
Sin goles y con mucho frío, la afición comenzó a salir a la mitad del segundo tiempo. La puerta 12 era una de las salidas reservadas a los seguidores xeneizes. Muchos comenzaron a salir, pero cuando llegaron allí se dieron cuenta de las rejas todavía se encontraban puestas. Subiendo por una escalera escurridiza y manchada de orín, algunos resbalaron mientras otros comenzaban a bajar. El final del partido complicó la situación, nadie podía salir ni entrar por la puerta 12.
Empujones, pisotones, ansiedad y falta de oxígeno se fueron adueñando de los aficionados en pocos minutos. La policía no quitaba las rejas mientras la gente no dejaba de intentar escapar. La avalancha humana no cesó hasta tiempo después, cuando cerraron el acceso por el campo. Para entonces ya era tarde, 71 personas habían fallecido y más de un centenar estaban heridas. Apilados en la puerta, varios camiones tuvieron que trasladar los cadáveres. La mayoría de los muertos no superaba los 25 años.
Las causas de la tragedia nunca se establecieron, ya que tampoco hubo investigación oficial. Muchos lo atribuyen a la represión policial que estaba viviendo Argentina en ese momento, inmersa en la dictadura de la Revolución de Juan Carlos Onganía. Dos directivos de River Plate fueron acusados por negligencia, pero la causa pronto fue archivada.
La situación se oscureció más cuando la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y los equipos pagaron solamente unos 1.000 dólares actuales a los familiares de las víctimas para que no recurrieran judicialmente. Únicamente dos personas lo hicieron y River fue condenado a pagar 50.000 dólares a cada uno.
Los millonarios cambiaron el nombre de la entrada por el de Acceso L, por la 12 letra del abecedario, como método de olvido. 49 años después, muchos afirman que durante la noche se escuchan gritos y sollozos cerca de ella. Envuelta en misterio, la sociedad no olvida la desgracia, ya que todavía se pueden ver ramos de flores y cartas en la antigua Puerta 12, recordando la peor tragedia futbolística de Argentina.