Actualizado 17/10/2017 12:30

Barras Bravas argentinas, ¿hinchas o mafiosos?

River Plate's fans light flares as they cheer before the Copa Sudamericana secon
River Plate's fans light flares as they cheer before the Copa Sudamericana secon - ENRIQUE MARCARIAN / REUTERS
BOMBONERA BORRACHOS DEL TABLÓN LA DOCE RAFA DI ZEO ARIEL LEÓN

   BUENOS AIRES, 27 Feb. (Notimérica) -

   Extorsionadores, manipuladores, traficantes, mafiosos, corruptos... Son algunos de los calificativos que reciben las Barras Bravas argentinas, los grupos organizados dentro de cada afición con el que todo equipo de fútbol argentino cuenta dentro de su estadio.

   Diversos periodistas argentinos especializados como Gustavo Grabia o Martín Souto han calificado a estas organizaciones como "pequeños grupos mafiosos" similares "a las mafias italianas". Grania pone como ejemplo a 'La Doce', la barra de Boca Juniors considerada una de las más poderosas del mundo.

   "Está organizada como una mafia. Hay un líder que cuenta con un consejo honorario y, por debajo, un montón de soldados. Son mercaderes del aliento: cobran por animar al equipo e insultar al rival. Algunos en 'La Doce' llegan a ganar 60.000 dólares al mes", explica.

LA DOCE

   A pesar de que el concepto de Barra Brava se extiende a todo el mundo, recibiendo un nombre u otro según la región, estos ultras tienen una cualidad particular: su influencia es mucho mayor que la de cualquier otro grupo radical del mundo del fútbol.

   Por supuesto, el apoyo que brindan al equipo durante los 90 minutos supone un gran aliento para los jugadores, pero esto sucede en prácticamente todas las ligas del mundo. Brasil, Turquía, Inglaterra, Italia o Europa del este son algunas regiones que albergan a los hinchas más ruidosos y pasionales del mundo.

   Pero el poder de las Barras Bravas argentinas va más allá y algunas de ellas extienden su red a otros ámbitos como el político, económico o social. Es decir, están introducidos en varios pilares de una nación.

   Un hecho realmente preocupante es que la creación de estos grupos, responsables de cientos de muertes desde que ganaran notoriedad y fuerza en los años 50, han sido financiada y subvencionada por los propios dirigentes de los clubes.

PRIVILEGIOS

   El mero hecho de ser un barra brava conlleva tener una serie de privilegios dentro y fuera del estadio. "Consigue favores como una cama en el hospital o es capaz de apretar a alguien que molesta a los vecinos", explica el periodista José Garriga, autor del libro 'Violencia en el Fútbol: investigaciones sociales y fracasos políticos'.

   De estos beneficios habló el que perteneciera a la barra del club Vélez Sarsfield en los años 70 y 80 Ariel León: "Te garantiza un abogado y contactos con la policía. Si caes preso, el club trata de sacarte", contó en el reportaje 'Football Hooligans International' elaborado por el actor Danny Dyer.

   Pero sin duda alguna, el privilegio más destacado es la obtención de entradas por parte del club. Los dirigentes les entregan para cada partido una gran cantidad de entradas para contar con su apoyo durante el partido.

   Sin embargo, lo más llamativo no es solo que reciban entradas, sino el negocio que hacen con ellas a través de la reventa. Estos grupos venden las entradas que se les ha otorgado a precios altos y, por increíble que parezca, ello no impide su acceso al estadio: entran a los estadios de forma gratuita y sin boleto.

   Un ejemplo es el Superclásico de 2004. La afición de Boca Juniors recibió 4.500 entradas para el partido en El Monumental, la cancha de River Plate. 'La Doce' recibió unas 1.500 que fueron revendidas, lo que no fue un impedimento para acudir al estadio a ver el partido más importante del país y uno de los más atractivos del mundo.

   Negocio que además es consentido por las autoridades. La defensora del pueblo adjunta de Buenos Aires, Graciela Muñiz, denunció a la fiscalía que la Policía permitió la reventa de entradas, que fue sobornada durante un Boca-River de 2015. A pesar de que entregó filmaciones como pruebas, nadie actuó.

   Como asegura el que fuera jefe de 'La Doce' y uno de los barristas más famosos del mundo, Rafa Di Zeo: "El fútbol es un negocio de donde viven jugadores, dirigentes, representantes, los periodistas, todos. Y a nosotros, que aportamos al espectáculo, también nos corresponde una parte".

NEGOCIOS

   Cada fin de semana, las organizaciones más grandes como la perteneciente al club bonaerense, recaudan una gran cantidad de dinero gracias a la práctica de algunas actividades ilícitas aparte de la reventa de boletos.

   Uno de ellos es el de los 'trapitos', quienes permiten aparcar en los aledaños del estadio cobrando una determinada cantidad de dinero. En un estadio como La Bombonera (unos 49.000 espectadores) llegan a obtener 300.000 pesos (cerca de 20.000 dólares).

BOMBONERA

   En ocasiones también venden mercancía deportiva, refrescos o alimentos o directamente cobran por ofrecer protección (de ellos mismos) a los diferentes puestos comerciales instalados en las cercanías.

   Según Raul Ple, fiscal de la Cámara de Casación y segundo jefe de seguridad en el estadio La Bombonera, "'La Doce' es una marca y como tal la comercializan".

   También los radicales del club 'xeneize' son los encargados de manejar el 'Adrenalina Tour', que consiste en introducir a turistas en el estadio junto con ellos los días de partido. Es decir, vivir un día de partido con la barra a cambio de un determinado precio.

DROGAS

   En muchas ocasiones se ha vinculado al movimiento Barra Brava con el narcotráfico. A pesar de que no es la tónica general, sí que es cierto que muchos miembros se han visto involucrados en uno de los negocios más lucrativos del mundo.

   Para la fundadora de la ONG 'Salvemos al Fútbol', Mónica Nizzardo, "el barra no está pendiente del partido. Está atento a su negocio, el de la droga", relató en un documental elaborado por el periodista español Jon Sistiaga.

   En 2013, según el Centro de Investigación de Crimen Organizado 'Insight Crime', se incautaron 170 kilos de cocaína, marihuana y éxtasis, además de productos químicos y armas, por un valor de más de 600.000 dólares.

   El material fue encontrado en una propiedad que presuntamente estaba vinculada a una barra en la ciudad de San Martín (Buenos Aires). También hallaron más de 150 entradas para distintos partidos.

   Por otra parte, el presidente del Vélez, Raúl Gámez, denunció reiteradamente que los barristas de su equipo "vendían drogas en la confitería del club". Para investigarlo, "pusieron a dos agentes a seguirlos y cuidar la zona. A los dos meses, esos agentes ya eran socios de los hinchas", explico el dirigente.

   Otro caso tuvo lugar a principios de este año, cuando la Policía de Rosario detuvo al líder de la barra de Newell's, Diego Ochoa, por ser el presunto ideólogo de dos homicidios.

   Uno de ellos fue el de Roberto Caminos, el antiguo jefe, con quien estaba enfrentado por controlar el tráfico de drogas. "La muerte de Caminos fue por la guerra de la droga en la ciudad", detalló el diputado nacional por Santa Fe Carlos Comi.

   Los distintos negocios ilegales llevados a cabo por los ultras argentinos lleva muchas a veces una serie disputas, tanto internas como externas, por el control de estas actividades y del territorio.

RELACIONES DE PODER

   Todo este violento y peligroso fenómeno es incomprensible de entender que sea posible si no se tiene en cuenta que las Barras Bravas gozan de una gran impunidad gracias a su estrecha relación con dirigentes políticos y deportivos, así como con las autoridades.

    En palabras de la defensora Graciela Muñiz, "son mafias organizadas alrededor de negocios que incluyen a dirigentes de clubes, políticos, jueces y policías".

   Algunos políticos incluso les utilizan como fuerza de choque en sus campañas electorales. Como ejemplo, el que fuera Intendente de Morón (Buenos Aires) en 1987, Juan Carlos Rousselot --habitualmente acusado de corrupto por la oposición-- usó a la barra del club de la ciudad para suspender una sesión en la que se cuestionaba un plan de obras públicas propulsado por él.

    También Luis Barrionuevo, diputado y senador del Partido Justicialista y antiguo presidente del Chacarita Juniors ha sido frecuentemente vinculado con los ultras del club, llegando incluso a financiarles viajes para el Mundial de Francia 98.

   "A los políticos les sirve recurrir a los bravas para lograr trabajos y legitimidad territorial. Es parte de su acumulación de poder", describe el sociólogo Pablo Alabarces, autor del libro 'Crónicas del aguante'

    El dirigente kichnerista de la agrupación Compromiso K, Marcelo Mallo, creó Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), una asociación de barras bravas que contaba con el líder barrista del Independiente de Avellaneda, Pablo 'Bebote' Álvarez.

    El Gobierno de Cristina Fernádez de Kichner ha sido acusado de financiar a la HUA, quienes incluso llegaron a acudir, junto con Mallo, al Mundial de Sudáfrica celebrado en 2010. Más de 200 barras fueron financiados para presenciar la competición futbolística más prestigiosa del mundo.

    Otra de las labores de Mallo fue de hacer de nexo entre funcionarios kichneristas de peso y Rafa Di Zeo, quien repetidamente se ha jactado de tener números de teléfono de poder.

RAFA DI ZEO

    Así lo demostró durante el documental de Jon Sistiaga cuando una llamada a su teléfono móvil llegó en mitad de una entrevista. Al otro lado de la línea se encontraba Carlos Stornelli, el fiscal encargado del asesinato de Alberto Nisman.

    Gustavo Grabia profundizó en estos vínculos en relación a la barra brava del Quilmes, la cual se encuentra dividida entre la familia Becerra y la Bustamante, asegurando que los primeros cuentan con el apoyo del Frente para la Victoria. "Hay toda una situación política alrededor de Quilmes", explica.

    Por su parte, Pablo Carroza, periodista del programa Código de Barras, informó que el núcleo de la hinchada de Laferrere tiene vínculos políticos con el exintendente de La Matanza Fernando Espinoza (2005-2010) y acapara un gran dominio territorial.

INFLUENCIA DENTRO DEL CLUB

    Las barras ejercen una gran influencia en el club al que sobre el papel simplemente animan, llegando a obtener ingresos por parte de dirigentes, entrenadores e incluso jugadores.

    Ejercen un fuerte control sobre quien juega para el club, quien lo dirige y cuáles son las beneficios que las entidades deportivas conceden. El directivo que no cumpla con sus exigencias, expone su cargo –y su físico-- a un gran peligro.

    El que fuera entrenador del Independiente de Avellaneda en la temporada 2010/11 Antonio Mohamed admitió que fue la barra del club la que le obligó a dimitir tras una derrota contra el Boca Juniors.

    Un periodista argentino que investigó durante años la corrupción en el mundo del fútbol contó que las barras más fuertes reciben hasta un 30 por ciento de la transferencia de los jugadores y un 20 por ciento de su sueldo.

    Como ejemplo, en 2007 el abogado especialista en las Barras Bravas Marcelo Parrilli, denunció que 'Los Borrachos del Tablón' del River Plate cobraron un porcentaje del trapaso del argentino Gonzalo Higuain al Real Madrid. La organización estuvo imputada por “administración fraudulenta”.

BORRACHOS DEL TABLÓN

    Incluso en ocasiones, estos radicales componen el personal contratado por el propio club en la organización de algunos eventos en sus estadios como, por ejemplo, de seguridad.

    El aclamado cantante Joaquín Sabina reconoció que una vez, cuando fue a dar un concierto en la Bombonera, era 'La Doce' la que controló la venta de entradas, el parking y la seguridad del evento.

¿RESPONSABLES?

    Según el periodista especializado Nicolás Balinotti, se trata de una trama imposible de desenredar que une a políticos y dirigentes con los barras. Existe un entorno social y político que permite su crecimiento y que incluye el fenómeno de la hipermercantilización del fútbol

    Mario Berges, el fiscal encargado de encancerlar a Rafa Di Zeo por homicidio, a declarado a la hinchada radical de Boca “asociación ilícita”. Sin embargo, nadie quiere asuimir responsabilidades para terminar con este peligroso y corrupto fenómeno.

    Una escena que ejemplificó como todos 'se lavan las manos' fue lo sucedido en un Boca-River celebrado el año pasado. A la salidad del túnel, los aficionados 'xeneizes' rociaron con gas pimienta a los jugadores millonarios cuando salían del túnel de vestuarios. Ni dirigentes ni jugadores condenaron esta ridícula y vergonzosa acción, mientras la hinchada (no radical) de la Bombonera celebraba lo sucedido al coro de “River sos cagón”.

    Como asegura Graciale Muñiz en relación a sus vinculos con los círculos políticos de Argentina, “una simple llamada de un político a un juez es suficiente para archivar el caso”. Ello explica la impunidad con la actúan estos individuos.

    No olvidar que, además de los negocios ilícitos explicados en este artículo, estos movimientos han provocado, de forma directa o indirecta y según estima la ONG 'Salvemos al Fútbol', la muerte de más de 300 personas desde 1922, año en que se data la primera muerte en el fútbol.

    De todos ellos, solamente 14 se produjeron antes de la década de los 50, etapa en la que las Barras Bravas comenzaron a ganar fuerza en el país iberoamericano. Muchos de estos casos quedaron totalmente impunes, demostrando –una vez más-- la inactividad de la Justicia argentina contra los barras.