CIUDAD DE MÉXICO, 30 Abr. (Notimérica) -
La Torre Latinoamericana es uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad de México y orgullo de la arquitectura del país. El 30 de abril cumple 60 años y su objetivo es renovarse para ser un edificio más moderno.
Rodrigo Amerlinck, presidente del Consejo de la Torre Latinoamericana, va a llevar a cabo un proyecto de renovación del edificio. La reforma necesita de un permiso por parte del Gobierno, el cual no ha sido otorgado, pero cuenta con el apoyo de diferentes instituciones como el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) que lo catalogó como monumento artístico y el Instituto de Antropología e Historia(INHA).
El proyecto pretende renovar de manera íntegra el inmueble pero respetando siempre los materiales con los que fue construido, restaurar el alumnio de la torre e instalar vidrios nuevos que sean más eficientes térmicamente. No se cambiará el color, solo se renovarán cosas nuevas que requieran menos mantenimiento, se conserven más y sean mas eficientes.
La construcción de la torre se inició en 1949 para la compañía de seguros La Latinoamericana y finalizó su edificación ocho años más tarde siendo el edificio más alto de México hasta 1972, año en el que se completó el World Trade Center, entonces Hotel de México. El inmueble tiene una altura de 182 metros desde el suelo hasta la antena, cuenta con 44 pisos y pesa 25 mil toneladas.
La torre que se encuentra en pleno centro de la capital mexicana ha sido catalogada como el sexto rascacielos más alto del mundo hasta 1960 y sirvió de ejemplo para la cimentación de futuros edificios en todo el mundo en zonas con riesgos de movimientos sísmicos. La torre ganó prestigio a nivel mundial cuando resistió el fuerte terremoto de 7.7 grados en la escala Richter en 1957 y otro de 8.1 grados en 1985, por esta razón recibió el premio American Institute of Steel Constrution (Instituto Americano de Construcción de Acero) al ser el edificio más alto que se ha expuesto a una enorme fuerza sísimica.
A PRUEBA DE TERREMOTOS
"Se buscó a los mejores ingenieros del mundo, entre ellos Leonardo Zeevaert y Augusto H. Álvarez, quien hizo un diseño dinámico y una estructura flexible", dijo el promotor cultural, quien agregó que la torre es en pleno siglo XXI un edificio seguro.
"Es el único edificio grande de México que ha sido probado en dos sismos fuertes (1957 y 1985) y sin daños. Tenemos un sistema de vibración con el que se puede inyectar agua del sótano, aumentar la presión de un lado, bajarla del otro, colocar agua en las cisternas para aumentar el peso", explicó.
En caso de terremoto, el movimiento de la torre hace que se absorba gran parte de la fuerza, por lo que hace que los desplazamientos no sean tan grandes. La fachada de cristal se construyó con el mismo fin, absorver el movimiento que había entre un piso y otro, es por esa razón que nunca se han roto los vidrios. El peso del rascacielos recae sobre una capa de arena de 33 metros de profundidad y están calculados para soportar la totalidad del rascacielos. Solo un sismo de más de 9 grados sería capaz de derrumbar el bloque.
En el edificio trabajan más de dos mil personas, pero no es solo un lugar de oficinas, sino que cuenta con dos museos, uno dedicado al Bicentenario de México y otro a la historia de la ciudad. Asimismo, en sus instalaciones se encuentra una sucursal bancaria, diversos comercios y un restaurante. La Torre Latinoamericana ofrece en la actualidad, las mejores vistas de la ciudad desde su mirador público en la última planta, la número 44.
La celebración de su 60 cumpleaños contará con diversas actividades artísticas y culturales en colaboración con el INBA, INHA y el Gobierno de la Ciudad de México.