MADRID, 18 Mar. (Notimérica) -
Su nombre es José Luis Galán, pero le gusta que le llamen Pepe, y lleva casi diez años dedicado a la producción de documentales que ofrezcan una nueva mirada sobre temas de impacto social. Su último documental, titulado 'El show tóxico de Chevron', surgió de un pensamiento: "¿Cómo es posible que cometan un atentado contra un pulmón, como es la Amazonía, que ha sido devastada, puesta en peligro de una forma brutal y que no pase nada?".
El Comité Español para la Defensa de la Amazonía Ecuatoriana (CEDAEC) presenta el documental este miércoles en Madrid (España), en el que han participado el cantautor español Luis Eduardo Aute, la política y ex militante de Izquierda Unida, Tania Sánchez, el eurodiputado Javier Couso, el naturalista y director de series de televisión, Luis Miguel Domínguez, el actor y activista Willy Toledo o el abogado que representa la causa de las víctimas ecuatorianas, Pablo Fajardo, entre otros.
Pepe recuerda en voz alta que la idea surgió para combatir "un proceso de búsqueda de impunidad por parte de los autores", ya que se sabe "quiénes han sido los autores", "quiénes son las víctimas", "cuáles son los daños" y, sin embargo, "no pasa nada". "Resulta que los intereses al final, los poderosos los ponen por encima de los derechos", denuncia Pepe, en entrevista con Notimérica.
Le acompaña la encargada de la producción ejecutiva del documental, Julieta Pérez, que explica que los indígenas ecuatorianos que viven en la parte oriental de la Amazonía, el territorio que la petrolera estadounidense Chevron (antes Texaco) contaminó durante dos décadas, sólo reclaman "agua" y "justicia".
Chevron operó en la región de Lago Agrio entre 1964 y 1990, abriendo más de 300 piscinas o pozos de extracción de petróleo, que requieren de un recubrimiento interior para que el crudo no alcance el suelo, recubrimiento que la compañía no utilizó para ahorrar costes. Además, los residuos generados, en lugar de reinyectarlos en la parte profunda del suelo, los dejó en el agua que corre por los ríos y llega a sus afluentes.
Las cifras son 30.000 afectados, dos millones de hectáreas contaminadas, 71 millones de litros de residuos y 64 millones de crudo derramados en 1.000 charcas a cielo abierto. Las cinco tribus indígenas que habitan la zona, "no sólo se quedan sin el agua, se quedan sin lo que ese agua les permite hacer, la agricultura y la ganadería", explica Julieta.
Para entender la toma de decisiones, "hay que ponerse en el contexto político, que ha sido cambiante", aclara Pepe. "Ecuador tuvo una serie de Gobiernos que consintieron esa práctica, han llegado a exonerar a los autores de los envenenamientos", en referencia a la firma del tratado bilateral entre Estados Unidos y Ecuador, por el que el ex presidente ecuatoriano Jamil Mahuad (1998-2000) exoneró a Chevron de cualquier responsabilidad futura, comprometiéndose a que el Estado de Ecuador nunca podría denunciar a la multinacional.
Por eso, han sido las víctimas las que han denunciado a título personal las acciones de la compañía petrolera. La semana pasada, la Corte Internacional de La Haya, que instruye la causa Chevron, falló a favor de las víctimas permitiendo que puedan ejercer sus derechos individuales. Julieta afirma: "Sólo faltaría que los demandantes no pudieran demandar".
La productora añade: "El problema ya lo han vivido, la gente que ha muerto de cáncer no va a volver y los problemas de salud que están sufriendo no van a desaparecer", pero "esa gente por lo menos tiene que recuperar la selva en las condiciones más parecidas", "esa es la única sentencia y el único final justo que creemos que tiene".
LAGO AGRIO Y SU POBLACIÓN
La región de Lago Agrio, en la que Chevron operó durante décadas, presenta datos como "seis veces más cáncer, tres veces más enfermedades cutáneas, dos veces más tuberculosis, más de 500 muertes relacionadas con los vertidos", cuenta Pepe. "Las condiciones de vida son que siguen perdiendo familiares y amigos como consecuencia de cánceres y enfermedades anteriormente no descritas en la zona".
Julieta añade que "la contaminación no se ha quedado allí, allí hay grandísimos ríos, con grandísimos afluentes". "El petróleo no se queda en la Amazonía, el agua no se queda quieta nunca", porque "el agua se mueve" y "los ríos no tienen fronteras".
Lo que querían era "ir componiendo, reconstruyendo un relato que pueda concienciar, informar y motivar a la gente". Aunque Chevron fue condenada a pagar 9.600 millones de dólares, "todavía no ha pagado nada", "han continuado con un show jurídico para entorpecer las sentencias", denuncia Pepe.
"Es un show tóxico, malévolo, retorcido", de ahí el nombre del documental. "Merece que alguien levante un grito de apoyo por aquellas personas que lo están padeciendo porque aquellos están allí, pero somos todos", añade Pepe.
"Nadie puede defender lo que desconoce, conociéndolo puede reflexionar sobre ello y tomar posición", añade Pepe, que pide que "los Estados traten por todos los medios de cumplir con la primera responsabilidad: Velar por el mantenimiento y la seguridad de su territorio y sus ciudadanos por encima de cualquier interés propio o ajeno".
Pepe piensa en alto: "Cuando nuestros hijos, nuestros nietos, nos pregunten '¿qué hicistéis?', '¿cómo defendistéis lo que teníais que defender'?, ¿qué vamos a responderles?". Una pregunta que se queda en el aire, mientras Pepe piensa en nuevos proyectos para el futuro.