CIUDAD DE MÉXICO, 21 Sep. (Notimérica) -
Pese a que México es el segundo país del mundo con mayor número de católicos, las relaciones diplomáticas con la Santa Sede siempre han sido difíciles. Las negativas de unos y otros, las guerras y las muertes de inocentes hicieron que, tras un siglo en suspenso, el diálogo se restaurase tal día como hoy hace 25 años.
Desde la época de la colonización, la religión cristiana había tenido un papel predominante en todos los espacios sociales. Los Reyes Católicos consiguieron el privilegio de evangelizar y construir parroquias en el 'Nuevo Mundo' con el propósito de 'educar' a los indígenas.
Curas y monjas viajaron hasta América, encargándose de la formación de los locales y del gobierno y, al igual que sucedió en España, poco a poco se afianzaron en el poder. El crecimiento de fieles, por miedo o por verdadera fe, solo era comparable a la cantidad de ingresos que recibían.
Las ideas ilustradas y revolucionarias que invadieron las colonias españolas a principios del siglo XIX no solo influyeron en sus ansías de independencia, sino también en la expulsión de la Iglesia Católica de múltiples territorios.
EL DISTANCIAMIENTO DE LA INDEPENDENCIA
El Plan de Iguala, en el cual se establecía la autonomía de México en 1821, sin embargo, formalizaba el cristianismo como religión oficial. Pero esta declaración duro poco. El Vaticano no podía firmar concordatos con países a los que no reconocía.
Pasaron los años y no fue hasta la aprobación de la Constitución de 1917 cuando volvieron a tener un nuevo encontronazo. La Ley Calles, promulgada en 1926 por el presidente Plutarco Elías Calles, modificó el código penal para limitar las manifestaciones espirituales, prohibir la vestimenta de hábitos y suprimir la influencia de la religión en la política.
La Santa Sede clamó y los católicos mexicanos comenzaron a organizarse. Entre 1926 y 1929 se sucedió la Guerra Cristera o Cristiada, un conflicto espiritual donde más de 250.000 personas murieron. Durante más de medio siglo, el miedo religioso se instaló en las calles, muriendo niños, maestros y colgando sacerdotes en la vía pública.
La llegada de Carlos Salinas de Gortari al poder en febrero de 1988 calmó los ánimos. Poco a poco fue levantando las restricciones y, con un 96% de mexicanos declarándose católico, finalmente el diálogo se restableció el 21 de septiembre de 1992.
La jerarquía católica fue invitada a una ceremonia para tomar posesión y, desde entonces, la cordialidad ha reinado entre ambos países. México ha sido visitado en seis ocasiones por diversos Pontífices, la última vez fue entre el 12 y el 17 de febrero de 2016 por el papa Francisco.