QUITO, 7 Feb. (Notimérica) -
Se cumplen 20 años del acontecimiento político ocurrido en Ecuador conocido como 'La noche de los tres presidentes', en el que Abdalá Bucaram que fue destituído como presidente el día anterior, se negaba a irse. Por otro lado, el titular del parlamento, Fabián Alarcón fue nombrado presidente interino y la vicepresidenta, Rosalía Arteaga, también se proclamó jefa de Estado. Este caos político tuvo como consecuencia una serie de altercados y manifestaciones en la capital del país ecuatoriano, Quito.
En medio de un vacío de poder, Ecuador amaneció un día como hoy en 1997 con tres presidentes, mientras que miles de manifestantes reclamaban que el ya destituído Abdalá Bucaram abandonase el Palacio de Carondelet, sede del gobierno.
Bucaram fue depuesto por el Parlamento un día antes "por incapacidad mental", aunque se negaba a aceptar la resolución y volvió a nombrarse presidente de la República. Por su parte, el titular del legislativo, Fabián Alarcón, juraba su cargo en el Congreso Nacional. Tras la votación de los congresistas se le reconoció como presidente constitucional interino de la República, siendo el primer presidente que se nombra de esta forma. Alarcón hacía valer su legitimidad afirmando que el Congreso representaba la soberanía nacional.
Y para aumentar la incertidumbre a la crisis política, la vicepresidenta Rosalía Arteaga emitió una serie de decretos en los que se atribuía el poder. Arteaga se basaba en la Constitución de 1978 en la cual se establecía que el sucesor del presidente debía ser el vicepresidente. Rosalía Arteaga quien participó como binomio de Bucaram en las elecciones que ganaron por voluntad popular, asumió el mandato durante la madrugada del 7 de febrero, apoyada por las Fuerzas Armadas de Ecuador, quienes retiraron su apoyo a Bucaram.
Los tres presidentes en discordia se enfrentaron en una guerra de comunicados, conferencias de prensa y resoluciones de dudosa legitimidad.
CONSECUENCIAS
El caos se apoderó de la ciudad y alrededor del palacio de gobierno se agolpaban miles de manifestantes y más de 2.000 policías que intentaban controlar la situación utilizando bombas molotov, gases lacrimógenos y carros hidrantes.
Los altercados se saldaron con la muerte de un adolescente quien recibió un disparo en la cabeza y con decenas de heridos. Todo ello fue resultado de los disturbios que se produjeron durante todo el día, sin que ninguno de los tres presidentes pudiera asumir por completo el control de la situación.
Bucaram abrió fuego antes del mediodía del 7 de febrero gritando que seguía siendo el presidente del país y llamó "conspiradores y delincuentes" a quienes lo destituyeron.
Por su parte, Fabián Alarcón endureció su posición y dijo que no había lugar para negociaciones porque él era el legítimo presidente y emplazó a Bucaram a abandonar el palacio presidencial. Anunció además que iniciaría una huelga de hambre hasta que lo reconocieran como presidente del país.
La posición más pacífica fue la de Rosalía Arteaga, quien propuso un diálogo entre las partes con la mediación de la iglesia, aunque no dejó de reclamar el ser reconocida como presidenta de la república.
Tras pasar la noche y antes de abandonar Carondelet, Bucaram acató su destitución y reconoció a Rosalía Arteaga como presidenta. Al oír estas declaraciones, Fabián Alarcón dimitió y el Congreso Nacional decidió encomendar el poder a Rosalía Arteaga de manera temporal hasta que en el pleno del organismo se elijiese a un presidente interino.
Finalmente, Arteaga renunció a su puesto como presidenta y se lo cedió a Fabián Alarcón, quien gobernó hasta finalizar el mandato constitucional en 1998, el mismo año en el que se promulgó la Constitución de Ecuador, ocupando Arteaga la Vicepresidencia nuevamente.
El 11 de febero, Abdalá Bucaram huyó a Panamá donde reside desde entonces como asilado político, ya que se levantaron dos juicios contra él por malversación de fondos públicos y por el caso Mochila Escolar (uno de los casos de corrupción más sonados de la historia democrática de Ecuador).