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BOGOTÁ, 21 Abr. (Notimérica/EP) -
Algunos libros "no son de quien lo escribe sino de quien los sufre". Son palabras de Gabriel García Márquez en un prólogo de una las primeras ediciones de 'Relato de un náufrago'.
Esta afirmación la vivió en sus propias carnes el premio Nobel tiempo después, cuando dos personajes de sus libros, el del 'Relato de un náufrago' y el de 'Crónica de una muerte anunciada', le llevaron hasta los tribunales al considerar que eran los dueños de esas historias y por lo tanto debían cobrar por las ventas de los libros.
Según recopila Infojus, en 1970, editorial Tusquets de Barcelona editó en formato libro un largo reportaje por entregas que Gabriel García Márquez había publicado en el diario El Espectador de Colombia. Lo llamó 'Relato de un náufrago'.
Su protagonista, Luis Alejandro Velasco, era un superviviente del naufragio del destructor 'Caldas', que pasó diez días sin comer ni beber en una balsa a la deriva.
El propio García Márquez cedió las ganancias por los derechos de autor a Velasco. Así, durante catorce años, el protagonista de 'Relato de un náufrago' cobró por las ventas del libro hasta que decidió demandar al escritor en Bogotá.
Y es que García Márquez había cedido los derechos de la edición del libro como homenaje al náufrago, pero éste quería que le fueran reconocidos como propios ya que la historia le pertenecía y el premio Nobel se había limitado a plasmar lo que él le había contado.
Entonces el escritor pidió a la editorial del libro que cambiara el prólogo y que no pagara más regalías a Velasco. La justicia le dio la razón al considerar que los pagos a Velasco "no habían tenido como fundamento el reconocimiento del marino como coautor, sino la decisión voluntaria y libre de quien lo escribió". Desde ese momento los derechos de autor del libro fueron donados por García Márquez a una fundación docente.
UNA CRÓNICA DE 17 AÑOS DE JUICIOS
El otro personaje que se rebeló contra el autor y que quiso obtener ganancias de la obra de éste fue un corredor de seguros llamado Miguel Reyes Palencia, quien a los trece años de que se publicara la primera edición de 'Crónica de una muerte anunciada', salió del anonimato para asegurar que él era en realidad la persona en la que estaba basada la figura de Bayardo San Román.
Se trata de una de las obras más leídas de García Márquez, editada por primera vez en 1981. Ambientada en 1951, en Sucre, Colombia, narra la historia de una joven casada con un forastero, quien tras la noche de bodas la devuelve a su familia alegando que la mujer no era virgen.
En el año 1994, Reyes Palencia acudió a la justicia afirmando que él era el verdadero Bayardo San Román, el hombre que en la novela es el forastero que rechaza a la mujer. El 'personaje' quería cobrar el 50 por ciento de las ganancias obtenidas por ese libro. Además reclamaba porque la novela había "afectado su derecho a la intimidad".
En 2010, el demandante perdió en primera instancia y apeló, y un año después el Tribunal Superior de Barranquilla terminó de dar la razón a García Márquez al considerar que "cientos de obras literarias, artísticas y cinematográficas han tenido como historia central hechos de la vida real, siendo adaptados a la perspectiva de su creador, sin que esto sea óbice para reclamar derechos económicos sobre las mismas".
Por su parte el autor argumentó que los personajes de la novela eran inventados y que los elementos que tomó "obedecen a una técnica primordial del arte de novelar, que es tomar de la vida real solamente los elementos que a uno le interesan desde el punto de vista dramático y humano y volver a armarlos en el libro como a uno le parece que será mejor para hacerles la vida más amable a los lectores".