BUENOS AIRES, 4 Oct. (Notimérica) -
Hace ocho años que nos dejó 'la Negra Sosa'. Humilde y luchadora, triunfó exaltando la tradición y el folclore nacional argentino. La 'cantora', como ella misma se consideraba, sigue poniendo la melodía diaria a Iberoamérica.
Un 9 de julio en San Miguel de Tucumán tuvo lugar la declaración de independencia de Argentina. La casualidad quiso que allí, otro 9 de julio, también viniera al mundo Mercedes Sosa. De origen humilde, comenzó a cantar a los 15 años.
Su primera actuación tuvo lugar un 17 de octubre, la misma fecha en la que se celebraba el Día de la Lealtad Peronista. Sus padres acudieron a festejar el día, así como los profesores de la escuela de Sosa. Los alumnos, sin nada que hacer, se acercaron a una radio cercana donde se realizaba un concurso de canto. "Mis compañeras me empujaron para que cantara. Por temor a que se enterara mi papá me llamé Gladys Osorio", declaró.
A partir de entones, luchando contra el pánico escénico, se pasó las tardes entre la radio, el circo y actos peronistas. Tras casarse con el músico Óscar Martus, ambos se trasladaron a Mendoza en busca de una vida mejor. Allí dio a luz a su único hijo, Fabián Martus.
EL MOVIMIENTO DE LA NUEVA CANCIÓN
Después de algunos discos sin mucho éxito, en 1963 en el Círculo de Periodistas de Mendoza, Mercedes Sosa, su marido y Armando Tejada Gómez proclamaron los principios del Movimiento de la Nueva Canción.
Este tipo de composiciones se caracteriza por un fuerte compromiso político acompañado de melodías populares. Rápidamente se extendió por toda Iberoamérica, dándole una gran visibilidad a sus creadores.
"Yo no dejé ese matrimonio. Él me dejó. Me abandonó con Fabián, con mi chiquito. Una chica tucumana se casa para toda la vida. Eso me destruyó", declaró a colación del abandono que sufrió por parte de Oscar Matus. Se trasladó a Buenos Aires y decidió no abandonar la música. Así, llegó su fama, en el Festival Folkrórico de Cosquín de 1965.
POR FIN, LA FAMA
Comenzó giras por todo el mundo, dando conciertos en todos los continentes. Debido a sus tendencias peronistas, sus actuaciones en España y Chile fueron vetadas. Además, tras el golpe de Estado de Rafael Videla el 24 de marzo de 1976, la cantante fue prohibida en su país natal.
Se exilió entre París y Madrid durante la dictadura argentina, pero siguió denunciando públicamente en sus letras las atrocidades que cometía el régimen. Durante esta época maduró como artista, dejándose influir por ritmos brasileños y europeos, además de incorporar elementos del tango o el rock.
Su regreso a Argentina en 1983 fue todo un acontecimiento. Participó ese mismo año en el Concierto por la Paz en Centroamérica contra el Gobierno sandinista de Nicaragua. La década de 1990 finalmente la consagró como una de las mejores cantantes del mundo; sin embargo, su salud comenzó a deteriorarse.
La depresión y los pensamientos suicidas la acompañaron durante el resto de su vida, al igual que el reconocimiento a nivel mundial. Aquejada de la enfermedad rural del mal de Chagas-Mazza, falleció el 4 de octubre de 2009 a los 74 años.
Sus restos fueron velados en el Congreso Nacional de Argentina, acudiendo numerosos políticos y personalidades internacionales. El país decretó tres días de duelo nacional. Su cuerpo fue incinerado y repartido por sus tres ciudades preferidas: Tucumán, Mendoza y Buenos Aires.
Mercedes Sosa tuvo un fuerte carácter y una gran tenacidad para conseguir vivir de la canción. Haciendo frente durante toda su vida al racismo debido al color de su piel y a la discriminación por ser mujer, supo erguirse como una de las cantantes más representativas del folklore argentino y una de las imprescindibles a nivel mundial.