MADRID, 6 Feb. (Notimérica) -
Este sábado se conmemora el centenario de la muerte del poeta nicaragüense Rubén Darío. Conocido como el "Príncipe de las Letras Castellanas", falleció el 6 de febrero de 1916 a los 49 años.
Darío es el máximo representante del Modernismo literario en la lengua española y es posiblemente el poeta que ha tenido una mayor repercusión en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico.
La poesía francesa fue determinante a la hora de la formación poética de Darío, comenzando por Víctor Hugo, y seguido Théophile Gautier, Leconte de Lisle, Catulle Mendès y José María de Heredia.
La evolución poética de Rubén Darío está marcada por la publicación de los libros en los que la crítica ha reconocido sus obras fundamentales: Azul... (1888), Prosas profanas y otros poemas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905), de los cuales recogemos fragmentos de sus obras más reconocidas:
EL REY BURGUÉS (AZUL...)
¡Amigo! El cielo está opaco, el aire frío, el día triste. Un cuento alegre... así como para distraer las brumosas y grises melancolías, helo aquí:
Había en una ciudad inmensa y brillante un rey muy poderoso, que tenía trajes caprichosos y ricos, esclavas desnudas, blancas y negras, caballos de largas crines, armas flamantísimas, galgos rápidos, y monteros con cuernos de bronce que llenaban el viento con sus fanfarrias. ¿Era un rey poeta? No, amigo mío: era el Rey Burgués.
Era muy aficionado a las artes el soberano, y favorecía con gran largueza a sus músicos, a sus hacedores de ditirambos, pintores, escultores, boticarios, barberos y maestros de esgrima.
Cuando iba a la floresta, junto al corzo o jabalí herido y sangriento, hacía improvisar a sus profesores de retórica, canciones alusivas; los criados llenaban las copas del vino de oro que hierve, y las mujeres batían palmas con movimientos rítmicos y gallardos. Era un rey sol, en su Babilonia llena de músicas, de carcajadas y de ruido de festín. Cuando se hastiaba de la ciudad bullente, iba de caza atronando el bosque con sus tropeles; y hacía salir de sus nidos a las aves asustadas, y el vocerío repercutía en lo más escondido de las cavernas. Los perros de patas elásticas iban rompiendo la maleza en la carrera, y los cazadores inclinados sobre el pescuezo de los caballos, hacían ondear los mantos purpúreos y llevaban las caras encendidas y las cabelleras al viento.
El rey tenía un palacio soberbio donde había acumulado riquezas y objetos de arte maravillosos. Llegaba a él por entre grupos de lilas y extensos estanques, siendo saludado por los cisnes de cuellos blancos, antes que por los lacayos estirados. Buen gusto. Subía por una escalera llena de columnas de alabastro y de esmaragdina, que tenía a los lados leones de mármol como los de los tronos salomónicos. Refinamiento. A más de los cisnes, tenía una vasta pajarera, como amante de la armonía, del arrullo, del trino; y cerca de ella iba a ensanchar su espíritu, leyendo novelas de M. Ohnet, o bellos libros sobre cuestiones gramaticales, o críticas hermosillescas. Eso sí: defensor acérrimo de la corrección académica en letras, y del modo lamido en artes; ¡alma sublime amante de la lija y de la ortografía! (...)
ERA UN AIRE SUAVE... (PROSAS PROFANAS Y OTROS POEMAS)
...Era un aire suave, de pausados giros;
El hada Harmonía ritmaba sus vuelos;
É iban frases vagas y tenues suspiros
Entre los sollozos de los violoncelos.
...Sobre la terraza, junto á los ramajes
Diríase un trémolo de liras eolias
Cuando acariciaban los sedosos trajes
Sobre el tallo erguidas las blancas magnolias.
...La marquesa Eulalia risas y desvíos
Daba á un tiempo mismo para dos rivales,
El vizconde rubio de los desafíos
Y el abate joven de los madrigales.
...Cerca, coronado con hojas de viña,
Reía en su máscara Término barbudo,
Y, como un efebo que fuese una niña,
Mostraba una Diana su mármol desnudo.
...Y bajo un boscaje del amor palestra,
Sobre rico zócalo al modo de Jonia,
Con un candelabro prendido en la diestra
Volaba el Mercurio de Juan de Bolonia.
...La orquesta perlaba sus mágicas notas,
Un coro de sones alados se oía;
Galantes pavanas, fugaces gavotas
Cantaban los dulces violines de Hungría.
...Al oir las quejas de sus caballeros
Ríe, ríe, ríe, la divina Eulalia,
Pues son su tesoro las flechas de Eros,
El cinto de Cipria, la rueca de Onfalia.
...¡Ay de quien sus mieles y frases recoja!
¡Ay de quien del canto de su amor se fíe!
Con sus ojos lindos y su boca roja,
La divina Eulalia, ríe, ríe, ríe.
...Tiene azules ojos, es maligna y bella;
Cuando mira vierte viva luz extraña:
Se asoma á sus húmedas pupilas de estrella
El alma del rubio cristal de Champaña.
...Es noche de fiesta, y el baile de trajes
Ostenta su gloria de triunfos mundanos.
La divina Eulalia, vestida de encajes,
Una flor destroza con sus tersas manos.
...El teclado hamónico de su risa fina
Á la alegre música de un pájaro iguala,
Con los staccati de una bailarina
Y las locas fugas de una colegiala.
...¡Amoroso pájaro que trinos exhala
Bajo el ala á veces ocultando el pico;
Que desdenes rudos lanza bajo el ala,
Bajo el ala aleve del leve abanico!
...Cuando á media noche sus notas arranque
Y en arpegios áureos gima Filomela,
Y el ebúrneo cisne, sobre el quieto estanque
Como blanca góndola imprima su estela,
...La marquesa alegre llegará al boscaje,
Boscaje que cubre la amable glorieta
Donde han de estrecharla los brazos de un paje,
Que siendo su paje será su poeta.
...Al compás de un canto de artista de Italia
Que en la brisa errante la orquesta deslíe,
Junto á los rivales la divina Eulalia,
La divina Eulalia, ríe, ríe, ríe.
...¿Fué acaso en el tiempo del rey Luis de Francia,
Sol con corte de astros, en campos de azur?
¿Cuando los alcázares llenó de fragancia
La regia y pomposa rosa Pompadour?
...¿Fué cuando la bella su falda cogía
Con dedos de ninfa, bailando el minué,
Y de los compases el ritmo seguía
Sobre el tacón rojo, lindo y leve el pié?
...¿Ó cuando pastoras de floridos valles
Ornaban con cintas sus albos corderos,
Y oían, divinas Tirsis de Versalles,
Las declaraciones de sus caballeros?
...¿Fué en ese buen tiempo de duques pastores,
De amantes princesas y tiernos galanes,
Cuando entre sonrisas y perlas y flores
Iban las casacas de los chambelanes?
...¿Fué acaso en el Norte ó en el Mediodía?
Yo el tiempo y el día y el país ignoro,
Pero sé que Eulalia rie todavía,
¡ Y es cruel y eterna su risa de oro!
CANTOS DE ESPERANZA (CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA, LOS CISNES Y OTROS POEMAS)
Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste.
Un soplo milenario trae amagos de peste.
Se asesinan los hombres en el extremo Este.
¿Ha nacido el apocalíptico Anticristo?
Se han sabido presagios, y prodigios se han visto
y parece inminente el retorno del Cristo.
La tierra está preñada de dolor tan profundo
que el soñador, imperial meditabundo,
sufre con las angustias del corazón del mundo.
Verdugos de ideales afligieron la tierra,
en un pozo de sombras la humanidad se encierra
con los rudos molosos del odio y de la guerra.
¡Oh, Señor Jesucristo!, ¿por qué tardas, qué esperas
para tender tu mano de luz sobre las fieras
y hacer brillar al sol tus divinas banderas?
Surge de pronto y vierte la esencia de la vida
sobre tanta alma loca, triste o empedernida,
que, amante de tinieblas, tu dulce aurora olvida.
Ven, Señor, para hacer la gloria de ti mismo,
ven con temblor de estrellas y horror de cataclismo,
ven a traer amor y paz sobre el abismo.
Y tu caballo blanco, que miró al visionario,
pase. Y suene el divino clarín extraordinario.
Mi corazón será brasa de tu incensario.