MANAGUA, 6 Feb. (Notimérica) -
Un día como hoy falleció hace 101 años el gran poeta Rubén Darío, conocido como el 'Príncipe de las Letras Castellanas" y el "poeta niño" ya que comenzó a escribir a una temprana edad. Durante sus 49 años de vida, el escritor dejó un legado literario que perdura hasta nuestros días.
Rubén Darío es el máximo exponente del modernismo literario y uno de los poetas con mayor repercusión en la poesía hispánica del siglo XX. La poesía francesa fue determinante en la formación del escritor quien estuvo influido por Víctor Hugo, Théophile Gautier o Leconte de Lisle. También destacan autores españoles como José Zorilla, Juan Ramon Jiménez y Antonio Machado.
Su obra estuvo marcada por la publicación de los libros 'Azul...' en 1888, 'Prosas profanas y otros poemas' en 1896 y 'Cantos de vida y esperanza' en 1905.
Algunos fragmentos de sus obras más destacadas:
AZUL...
"El azul es el color del ensueño, el color del arte, un color helénico y homérico, color oceánico y firmamental".
"En las pálidas tardes
yerran nubes tranquiLas
en el azul,en las ardientes manos
se posan las cabezas pensativas.
¡Ah los suspiros!¡Ah los dulces sueños!
¡Ah las tristezas íntimas!
¡Ah el polvo de oro que en el aire flota,
tras cuyas ondas trémulas se miran
los ojos tiernos y húmedos,
las bocas inundadas de sonriSas.
En las pálidas tardes
me cuenta un hada amiga
las historias secretas
llenas de poesía;
Lo que llevan las brisas
lo que vaga en silencio
lo que sueñan las niñas"
PROSAS PROFANAS: MÍA
"Mía: así te llamas.
¿Qué más harmonía?
Mía: luz del día,
Mía: rosas, llamas.
¡Qué aroma derramas
en el alma mía
si sé que me amas,
¡oh Mía!, ¡oh Mía!
Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte,
fundiendo dos bronces.
Yo triste, tú triste...
¿No has de ser entonces
mía hasta la muerte?"
CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA: PEGASO
"Cuando iba yo a montar ese caballo rudo
y tembloroso, dije: 'La vida es pura y bella'.
Entre sus cejas vivas vi brillar una estrella.
El cielo estaba azul, y yo estaba desnudo.
Sobre mi frente Apolo hizo brillar su escudo
y de Belerofonte logré seguir la huella.
Toda cima es ilustre si Pegas o la sella,
y yo, fuerte, he subido donde Pegaso pudo.
Yo soy el caballero de la humana energía,
yo soy el que presenta su cabeza triunfante
coronada con el laurel del Rey del día;
Domador del corcel de cascos de diamante,
voy en un gran volar, con la aurora por guía,
adelante en el vasto azur, ¡siempre adelante!"