BUENOS AIRES, 20 Jun. (Notimérica) -
Argentina iba a celebrar por todo lo alto el 20 de junio de 1973. Juan Domingo Perón volvía del exilio. El expresidente voló desde Madrid a Buenos Aires y llegó a las cercanías del Aeropuerto de Ezeiza, donde iba a dar un gran discurso de reaparición. La tensión entre la población se hizo palpable días antes, la izquierda y la derecha se movilizaron con el fin de hacerle ver que estaban preparadas para la lucha. El festejo nunca se llevó a cabo y, desde entonces, son 44 años recordando la Masacre de Ezeiza.
Casi dos décadas tuvo que pasar Perón fuera de Argentina. Tras ser derrocado por la Revolución Libertadora, pasó por varios países iberoamericanos hasta recalar en una España dictatorial. Las elecciones de marzo de 1973 terminaron con las revueltas, allanándole el camino. El presidente electo, Héctor José Cámpora, viajó a Madrid para comunicarle que la sociedad argentina esperaba ansiosa su vuelta.
Las tensiones que caracterizaron los gobiernos de Perón, debido a su ambigüedad ideológica, volvieron a manifestarse. Por parte de la izquierda los Montoneros, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Frente Amplio Progresista (FAP) se coordinaron. La derecha movilizó al Comando de Organización (CO) y la Confederación Nacional del Trabajo (CGT). Ambas facciones armadas tenían un objetivo común: aplastar al contrario.
Los grupos se dirigieron a la explanada preparada para el discurso del expresidente de la Nación. Todo estaba preparado aquel 20 de junio, incluso la masacre que se iba a perpetrar. La izquierda intentó acercarse lo más posible al escenario, saltándose las vallas. El CO y la CGT reaccionaron disparándoles con francotiradores que se ocultaban en las inmediaciones.
La población huía mientras comenzaba la lluvia de disparos. Las ambulancias no podían trasladar a los heridos porque estaban llenas de armas. Los presentadores del acto lanzaban consignas a favor de los grupos de derechas, aludiendo también a que varias personas vinculadas a los Montoneros, FAR y FAP estaban siendo secuestradas y torturadas.
Nunca hubo investigaciones oficiales sobre la Masacre de Ezeiza, por lo que no se conoce el número total de muertos. Se reconocen 13 fallecidos y 356 heridos. Pese a que Perón volvió a ganar las elecciones en 1973, la revuelta provocó una disminución en su popularidad. Su ideología viró a la derecha, apoyando al CO, la CGT y a los sindicatos verticales, mientras que sus adversarios políticos iban desapareciendo del mapa.