BUENOS AIRES, 24 Ago. (Notimérica) -
Filosofía, fantasía, teología, matemáticas, lenguaje poético cargado de recursos narrativos, tramas inverosímiles y enseñanzas. Jorge Luis Borges supo configurar todos, o casi todos, los elementos de la literatura y crear nuevas formas de unión entre ellos. Con una vida casi tan extensa como su carrera literaria, nació el 24 de agosto de 1899.
Bonaerense de nacimiento, pasó su niñez en Ginebra (Suiza). Su familia, de la élite social argentina, le proporcionó una educación muy completa. Pasó sus primeros días en la biblioteca de su padre, entre novelas y enciclopedias. Las institutrices que se ocupaban de su formación supieron ver su potencial, entregándole libros de mitología griega o del filósofo Nietzche.
"Mi infancia son recuerdos de 'Las mil y una noches', de 'El Quijote', de los cuentos de Wells, de la Biblia inglesa, de Kipling, de Stevenson...", decía el escritor, que se inició traduciendo las obras de los grandes autores. Estudioso de los idiomas, llegó a dominar muy pronto tanto el inglés, como el francés y el alemán, dejando rastro de su literatura en esas lenguas.
En su vuelta a Argentina fundó varias revistas y se entronó contra el movimiento modernista. Aquejado de una ceguera hereditaria y tras varios accidentes, se tomó la vida con calma, centrándose en su prosa.
El premio Internacional de Literatura Fomentor en 1961 le abrió el mercado internacional. Recogiendo la estela del 'boom' iberoamericano, fue galardonado con el premio Cervantes (1979) y con el Balzán (1980). Homenajeado en múltiples países, aprovechaba las ceremonias para hablar de literatura y reunirse con los escritores oriundos.
Falleció en Ginebra, ciudad de su infancia, tras años de lucha contra el cáncer. En su lápida figuran las últimas frases de 'Ulrica', uno de sus pocos relatos de amor.
CREATIVIDAD E IRREVERENCIA
"Me gustaría ser otro escritor que no fuera Jorge Luis Borges. A mí no me gusta lo que escribo", declaró. Ocurrente e ingenioso, se tomaba la vida como algo pasajero. Ateo convencido, ironizaba con la Biblia y la vida después de la muerte.
Admirador de Ramón Gómez de la Serna, afirmó que se dedicó a publicar tonterías hacia el final de su vida. De Gabriel García Márquez y su 'Cien años de soledad', comentó que con 50 años hubiera sido suficiente. Debido a esto, tampoco se libró de que otros autores hablaran sobre él.
Ensayos, comentarios literarios, cuentos, reseñas, poesías, traducciones, guiones de cine y libros de viajes configuran su extensa obra literaria, pese a que nunca escribió una novela. "Los cuentos son breves, así son más fáciles de vigilar", dijo.
MUJERES Y POLÍTICA
Su posición política ha sido ampliamente comentada y controvertida. Decididamente antiperonista, afirmaba que las "dictaduras fomentan la opresión y el servilismo", pero nunca dejó de matizar sus palabras. Sobre la Guerra Civil española declaró: "yo estaba del lado republicano, pero luego me di cuenta, en la paz, de que Franco era merecedor de elogios".
La figura de la mujer resulta secundaria durante toda su obra. Muchas veces negocia, a través del sexo, con algo que quiere, pero su papel no pasa de ser una acompañante en la narración. De esta forma, Borges ejemplifica su complicada relación con lo femenino.
Imposible destacar unas obras sobre otras, cabe mencionar 'Ficciones' (1944), considerado uno de los mejores libros de todos los tiempos y configurado en dos partes. También son importantes 'El Aleph' (1949), 'El hacedor' (1960) y 'El libro de la arena' (1975).
Borges solía decir que "uno llega a ser grande por lo que lee y no por lo que escribe". Además de asegurar que "la literatura no es otra cosa que un sueño dirigido".
Analizado y estudiado durante años, su literatura sigue sorprendiendo. Su particular forma de entender el tiempo como algo ilusorio, los espejos, los laberintos lingüísticos y las alegorías configuran su obra, donde lo ficticio se torna realidad.