MADRID, 21 Jun. (Notimérica) -
Las calles están llenas de flores y adornos durante una semana. Vestidos de blanco, moviéndose al son de los tambores y alzando las manos hacia el sol, las personas aguardan al taita, el padre, el líder espiritual de la comunidad. Él purifica el lugar y a los asistentes soplando alcohol y quemando madera sagrada. La ceremonia del Inti Raymi puede empezar.
La fiesta en honor al Sol se celebra cada año en el antiguo territorio inca, actual Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia y norte de Argentina. Entre la tradición y el espectáculo turístico, los nativos siguen pidiendo al dios Inti por el agua, sus cosechas o simplemente por no tener graves problemas.
Pese a que las comunidades lo celebran en días diferentes, suele coincidir con el solsticio de invierno. Todas se visten y decoran la localidad para la ocasión, organizan rituales entre piedras y flores evocando al pasado, preparan sacrificios y grandes banquetes. La popularidad de la fiesta del Sol ha hecho que el acto trascienda de las fronteras, convirtiéndolo en uno de los principales atractivos turísticos del subcontinente.