QUITO, 4 Jun. (Notimérica) -
Las Islas Galápagos son, probablemente, el archipiélago con los animales más insólitos del planeta. En ellas se esconden una multitud de historias y leyendas aunque, sin lugar a dudas, la más destacable la protagoniza el científico y explorador Charles Darwin.
El viaje de Darwin a bordo del HMS Beagle fue una gran aventura que le llevó hasta este misterioso conjunto de islas. El explorador quedó fascinado con la flora y fauna del lugar, que lograron posicionar a las Galápagos como el desierto tropical más enigmático de todo su viaje.
En 1835, bajo el mando del capitán Robert Fitzroy, Darwin y el resto de la tripulación confeccionaron una lista de lugares aislados difícilmente visitados por navegantes. Esta lista, además de las Galápagos, incluía Valparaíso, Callao, Tahití, Nueva Zelanda y Cabo Buena Esperanza.
Sin embargo, desde el primer momento en el que el explorador inspeccionó las Galápagos, quedó abrumado con su biodiversidad. Por ello, Darwin y el resto del equipo decidieron permanecer en el archipiélago durante cinco semanas, de las cuales únicamente dos estuvieron en tierra.
Tuvieron que pasar casi 25 años desde que Darwin visitó las Galápagos para que se publicara el libro 'El origen de las especies'. Tras su estancia en las Islas, se podría decir que el pensamiento científico cambió para siempre, ya que los famosos principios de Darwin son, aún hoy en día, la base de casi todo el campo de estudio.
No obstante, la historia de las Islas Galápagos no comienza ahí, ya que fueron descubiertas por casualidad tres siglos antes, en 1535, por el obispo panameño Tomás de Berlanga. El religioso viajaba de Panamá a Perú a lo largo de la costa oeste de América del Sur, cuando el viento y las corrientes oceánicas empujaron su embarcación hasta este archipiélago.
Desde entonces, muchas han sido las visitas e invasiones de las Galápagos, que deben su nombre a las tortugas gigantes que habitan en estas islas.
Otra prueba de la gran fuente de inspiración que supone este lugar, es la historia de Alexander Selkirk. Sus aventuras en las islas Juan Fernández inspiraron a Daniel Defoe a escribir la reconocida novela de 'Robinson Crusoe'.
Igualmente, a la lista de personas destacadas debido a su estancia en las Galápagos se une el irlandés Patrick Watkins. Ermitaño, Watkins fue la primera persona que habitó en el lugar, más concretamente en la Isla Floreana, en 1807.
Las Galápagos, declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1978 por la Unesco, están formadas por 13 islas grandes, con una superficie mayor a 10 kilómetros cuadrados, seis medianas (entre 1 km2 y 10 km2) y otros 215 islotes de tamaño pequeño.
En la actualidad, sólo cuatro islas están habitadas, motivo que influye en que 95% de su biodiversidad original permanezca intacta. La más poblada es Santa Cruz, que cuenta con 25.000 habitantes. Sólo hay tres islas más con población, que son Isabela (2.200 habitantes), San Cristóbal (8.400 habitantes) y Floreana o Santa María (100 habitantes).