BUENOS AIRES, 3 Dic. (Notimérica) -
Si hay una fecha reciente marcada en la memoria de los argentinos como pesadilla económica es el 3 de diciembre de 2001, cuando Argentina se enfrentó a un 'corralito' decretado por el presidente Fernando de la Rúa.
El dirigente de centroizquierda no era consciente entonces, pero con su actuación acababa de dar vida a un nuevo termino que se acuñó en Argentina y que ha ganado fama mundial. El 'corralito', que con tan solo escucharlo podría provocar escalofríos entre los ciudadanos de cualquier país en crisis, supone la limitación del Gobierno a la libertad para disponer del dinero en efectivo depositado en las entidades bancarias por parte de los titulares de las cuentas. Además, tampoco permite movimientos como las transferencias al extranjero.
La grave crisis de deuda, unos 100.000 millones de dólares, provocada por una política de sobreendeudamiento, degeneró en una falta de liquidez y una masiva fuga de capitales. En los 11 primeros meses de 2001 se retiraron 18.000 millones de dólares debido a la enorme desconfianza de los ciudadanos en la solidez de las entidades.
El primer día de diciembre de 2001, el exministro de economía, Domingo Cavallo, anunció las restricciones para retirar el dinero que los ciudadanos tenían depositados en cuentas corrientes y cajas de ahorro, es decir, el cierre bancario. Y, como es lógico, las respuestas no se hicieron esperar. El 20 de diciembre, tras semanas de caos entre protestas y represiones policiales que acabaron con la vida de varias personas, De la Rúa decidió salir volando en su helicóptero y huir abandonando el poder. La imagen de Argentina era la de un país sumido en un profundo desastre en el que cinco presidentes pasaban por el poder en menos de un mes.
Algunos expertos sitúan el origen de la crisis argentina en el gobierno de Carlos Menem, quien impulsó una medida por la que se equiparó el valor del peso argentino al dólar, la denominada 'convertibilidad', provocando una reacción en la competitividad de la economía argentina.
Lo cierto es que el país se encontraba sumido en una grave recesión desde hacia años y a pesar de los intentos desesperados de la coalición La Alianza, formada por la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario, a partir del 1999 para evitar el colapso de la economía argentina, el resultado fue un aumento de la deuda.
El 'corralito' como medida de emergencia comenzó con la limitación a 250 dólares de retirada de efectivo en un principio. Pero terminó con la restricción total y con la congelación de los depósitos de ahorradores. Este desastre económico en Argentina fue reconocido por la justicia más tarde con la imputación de De la Rúa y varios de sus ministros por negligencia política y económica --aunque el caso terminó siendo sobreseído--.
El cierre bancario del país Iberoamericano se prolongó casi un año. El 2 de diciembre de 2002 se anunció la liberación de los depósitos retenidos, se acabo con la equiparación peso/dólar y se inició la necesaria devaluación. Pese a todo, las drásticas medidas tomadas tras el fin del 'corralito' afectaron a los fondos de unos 70.000 ahorradores que emprendieron acciones judiciales.
Argentina consiguió recuperarse de la crisis gracias a su enorme reserva de materias primas y a una política de desendeudamiento impulsada desde 2005, pero el 'corralito' no desapareció de la historia. En el año 2015, Grecia recuperaba del fondo de un olvidado cajón el concepto de 'corralito' y las equiparaciones con Argentina, como espejo de la economía griega, fueron inevitables.