MÉXICO DF, 13 Jul. (Notimérica) -
El 13 de julio de 1954 fallecía en la Casa Azul de Coyoacán la pintora mexicana Frida Kahlo, tras una vida marcada por la enfermedad, el dolor y la superación propia.
61 años después de su muerte, la artista mexicana no sólo permanece en la memoria del país, sino que se ha convertido en todo un icono del arte y símbolo internacional de la cultura mexicana.
Hija del fotógrafo alemán Guillermo Kahlo y la mexicana Matilde Calderón, Frida hizo de la moda su mejor aliada para camuflar sus secuelas físicas, que sufrió desde muy temprana edad.
Con tan sólo 6 años, Frida Kahlo contrajo poliomielitis, una enfermedad que afecta principalmente al sistema nervioso, que perjudicó a su pierna derecha, la cual se desarrolló muy delgada, y a su pie, que se estancó en el crecimiento. Ante esto, Frida trataba de esconder estas imperfecciones llevando prendas largas que cubrieran sus pies.
EL ACCIDENTE.
Más tarde, la artista mexicana viviría un difícil acontecimiento que le cambiaría la vida por completo. A los 18 años, Kahlo sufrió un grave accidente volviendo de la escuela a casa, cuando el autobús en el que viajaba fue arrollado por un tranvía.
Su columna vertebral se fracturó en tres partes, también se fracturó dos costillas, la clavícula y el hueso púbico. Su pierna derecha se vio igualmente afectada, a la vez que su pie derecho, que se dislocó, se le descoyuntó el hombro izquierdo y un pasamanos la atravesó desde la cadera izquierda hasta salir por la vagina.
Durante su larga convalecencia, Frida Kahlo se enteraría de que nunca podría tener hijos, un hecho que le afectó hasta el punto de que llegó a crear un certificado de nacimiento de un hijo imaginario.
LA PINTURA, SU REFUGIO.
Estos hechos despertaron en ella una necesidad aún mayor de refugiarse en el arte. Así, en 1926 Kahlo creó su primer autorretrato al óleo, que dedicó a su novio de entonces, Alejandro Gómez Arias.
A través de sus pinturas, la artista mexicana reflejó sus vivencias y sus dificultades para sobrevivir, ya que pasó por 32 operaciones quirúrgicas, sufriendo la amputación de una pierna durante una de ellas.
Tras sus 47 años de vida, Frida Kahlo dejó un legado de unas 200 obras, en su mayoría autorretratos, que a día de hoy siguen recorriendo el mundo.
Su historia, en la que tuvo un papel crucial Diego Rivera, el que sería su marido y con el que compartió su pasión por el arte, permanece vigente en fotografías, canciones e incluso proyectos audiovisuales.
A pesar de que muchos artistas han calificado su obra de surrealista, Frida Kahlo siempre se mostró reacia a esta etiqueta, negándola rotundamente: "Se me tomaba por una surrealista. No es correcto, yo nunca he pintado sueños, lo que yo he pintado era mi realidad", declaró.