Actualizado 10/09/2014 20:48

Fernando A. Oesterheld narra en verso el asesinato de su padre

Argentina
Foto: TWITTER

BUENOS AIRES, 10 Sep. (Notimérica/EP) -

   Fernando Araldi Oesterheld se adentra en sus recuerdos en 'El sexo de las piedras'. Un poemario que surge ante el asesinato de su padre, el escritor y guionista Héctor Oesterheld, a manos de la dictadura argentina y que relata con crudeza las vivencias que experimentó cuando todavía era un niño y se convirtió, junto a su abuela, en el único superviviente de la familia.

   Retrocede en el tiempo y recupera algunos de los versos que escribió su madre, antes de que fuera secuestrada, en un libro que se postula como la primera gran obra del autor y que le sirve para romper el silencio y rendir un sentido homenaje a su familia.

   "Escribo como puedo y no como quiero, me encantaría otra cosa pero simplemente no, escribo como puedo", ha destacado Oesterheld, según informa la agencia de noticias argentina 'Télam'.

   La férrea oposición de esta familia de escritores a la dictadura argentina los sitúo en el punto de mira de los militares, quienes fueron secuestrando y asesinando a gran parte de sus miembros, tras el golpe de estado de 1976.

   Esta obra le sirve de terapia a un autor, que en 2011 tuvo que identificar el cuerpo de su padre ante el Equipo Argentino de Antropología Forense y que continúa luchando por encontrar los restos de su madre, sus tías y su abuelo, asesinados también tras el triunfo de la dictadura.

   "Dije 'voy a hacer algo que no tenga nada que ver con mi historia' pero salió esto. En ese sentido digo 'escribo como puedo'. Digamos que empecé a escribirlo cuando me dijeron que encontraron el cuerpo de mi viejo y arranqué terapia por primera vez en mi vida, a los 36 años", ha
asegurado.

   Las voces de su abuelo y su madre se mezclan en este sentido poemario con grandes interlineados que tratan de ser largos silencios. Pausas necesarias e inevitables en una historia cargada de venganza y dolor, que recupera Fernando A. Oeterheld y que, según comenta, le sirve, más que para encontrarse con la familia, para encontrar su lugar en el mundo.

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