MONTEVIDEO, 13 Abr. (Notimérica) -
El uruguayo Eduardo Galeano abanderó, con sus obras, la reivindicación de las causas justas. Al escritor, como a otros tantos, le enervó ver cómo las democracias retrocedían, cómo el capitalismo engullía a las naciones más nobles o cómo seguía lejos, muy lejos, la posibilidad de ver el fin de la existencia del tercer mundo.
El hombre que dividía al mundo "entre indignados e indignos" publicó más de cuarenta obras entre las que destaca 'Las venas abiertas de América Latina' (Siglo XXI), su obra maestra a la que poco antes de su muerte terminó renunciando. "No la volvería a leer, para mí esa prosa de la izquierda tradicional es aburridísima. Intentó ser una obra de economía política, solo que yo no tenía la formación necesaria", expresó en más de una entrevista.
En el primer aniversario de su muerte, se presenta en la Casa de América de Madrid 'El cazador de historias' (Siglo XXI), la obra póstuma que el autor había terminado meses antes de fallecer a causa del cáncer de pulmón que padecía desde 2007.
En ella quiso mostrar con crudeza, humor y ternura el mundo en el que vivimos. 'El cazador de historias' incluye partes de su biografía, como sus primeros viajes por América Latina o su idea sobre la muerte.
El mejor homenaje para el autor es recordarle con algunas de las frases con las que trató, durante sus 74 años de vida, de explicarle al mundo por qué los buenos deben triunfar sobre los que no lo son tanto. Frases que ojalá pudiesen ser inyectadas, precisamente, en las venas de quienes lo controlan todo.
LAS FRASES
1. Las guerras mienten. Ninguna guerra tiene la honestidad de confesar 'Yo mato para robar'. Las guerras siempre invocan nobles motivos: matan en nombre de la paz, en nombre de la civilización, en nombre del progreso o de la democracia. Y por las dudas, por si tanta mentira no alcanzara, ahí están los medios de comunicación, dispuesto a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y un inmenso matadero.
2. La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo.
3. La palabra política se ha manoseado tanto que significa todo y no significa nada. Entonces desconfío mucho de la etiqueta política.
4. En el mercado libre es natural la victoria del fuerte y legítima la aniquilación del débil. Así se eleva el racismo a la categoría de doctrina económica.
5. Los niños pobres son los que más sufren la contradicción entre una cultura que manda a consumir y una realidad que lo prohíbe.
6. A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se ejerce de igual a igual, la caridad se practica de arriba-abajo, humilla a quien la recibe y jamás altera ni un poquito las relaciones de poder.
7. Mirá pibe. Si Beethoven hubiera nacido en Tacuarembó, hubiera llegado a ser director de la banda del pueblo.
8. La historia de América Latina es la historia del despojo de los recursos naturales.
9. Yo escribo para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué.
10. El automóvil, el televisor, el vídeo, la computadora personal, el teléfono celular y demás contraseñas de la felicidad, máquinas nacidas para "ganar tiempo" o para "pasar el tiempo", se apoderan del tiempo.