LA PAZ, 6 Ago. (Notimérica) -
La historia de la independencia de Bolivia está llena de contradicciones y de valentía. Después de sucederse el Primer Grito Libertario y el primer gobierno independentista de toda Iberoamérica, pasaron más de 15 años hasta que el 6 de agosto de 1825 se proclamó la República de Bolivia.
Configurada como el Alto Perú, en sus fronteras se dieron los primeros reclamos de libertad de las colonias españolas. La Revolución de Chuquisaca y la Junta Tuitiva, pese a ser duramente reprimidas, sentaron los antecedentes de lo que iba a ocurrir en todo el subcontinente.
Por su ubicación geográfica, sus habitantes hubieron de esperar a la independencia de la Argentina (1820) y del Perú (1821). Tras la liberación de estos territorios, las tropas de la Gran Colombia y las del Río de la Plata acudieron a sofocar la guerra civil entre criollos, indígenas y realistas.
Las fuerzas de Simón Bolívar y las de Antonio José de Sucre penetraron en el Alto Perú en 1823. Solamente un año después se produjo la decisiva batalla de Ayacucho, que supuso la desaparición del contingente realista más numeroso del momento.
Los últimos soldados españoles se rindieron en abril de 1825, tras asesinar al General Pedro Antonio Olañera, que prefería entregar el territorio a Brasil. Finalmente, el 6 de agosto de ese mismo año, se convocó un Congreso Constituyente con el fin de configurar el nuevo estado y su Constitución.
Tras dirimir si pertenecían a las Provincias Unidas del Río de la Plata, a Perú, a la Gran Colombia o se proclaman autónomos, los allí reunidos firmaron la Declaración de Independencia, convirtiendo al nuevo territorio en Bolívar y, posteriormente, en la República de Bolivia.
Cada 6 de agosto se produce una gran celebración. Las calles se tiñen con la bandera tricolor, se celebran desfiles y los escolares salen a las calles.