LA HABANA, 19 Ago. (Notimérica) -
Las circunstancias históricas no permitieron que los descubrimientos de Carlos Juan Finlay fueran ampliamente difundidos. Sin embargo, su muerte el 19 de agosto de 1915 no impidió que, posteriormente, se le reconociera como uno de los máximos investigadores sobre el cólera, el tétanos infantil y, sobre todo, como el descubridor del vector que transmite la fiebre amarilla.
Nacido en La Habana, su padre, un médico inglés, luchó al lado de Simón Bolívar. Su familia le envió a estudiar a Francia y a Inglaterra, donde contrajo la fiebre tifoidea. A su vuelta a la isla, no le quisieron convalidar sus títulos europeos, por lo que se traslado a Estados Unidos a terminar la carrera de Medicina.
El 14 de agosto de 1881 demostró que el mosquito es el vector epidemológico de la fiebre amarilla, una enfermedad viral endémica de zonas tropicales. Pese a trabajar con un equipo multidisciplinar y ensayar en múltiples ocasiones, la comunidad científica no dio relevancia a su descubrimiento hasta años después.
Pese a que varios investigadores le propusieron para el Premio Nobel, nunca fue nominado. Sin embargo, sus investigaciones tuvieron repercusión inmediata en Iberoamérica. Redujo la tasa de mortalidad entre los obreros del Canal de Panamá, ya que el 10% de ellos moría por la fiebre amarilla, así como limitó la propagación de la enfermedad en su isla natal.
Finlay murió el 19 de agosto de 1915, consciente de que sus contribuciones habían ayudado a la humanidad. El Gobierno de Cuba creó un galardón sobre microbiología en su honor y en la fecha de su nacimiento, el 3 de diciembre, se celebra el Día del médico.