MANAGUA, 14 Sep. (Notimérica) -
En la historia de Iberoamérica ha habido varias luchas armadas pero hay una que destaca por encima de las otras debido a la peculiaridad del hecho que desantó la lucha. En Nicaragua se produjo la Batalla de San Jacinto, un enfrentamiento que acabó gracias a una pedrada y una estampida de caballos.
Este enfrentamiento se ubica dentro de la Guerra Nacional de Nicaragua (1856-1857) --llamada también Guerra Antifilibustera-- que enfrentó al Ejército Aliado Centroamericano contra las tropas del filibustero americano William Walker por el control de Nicaragua.
El estadounidense participó en la guerra civil de 1854 que enfrentó a los liberales --bando al que apoyó-- y a los conservadores nicaragüenses. Sin embargo, su objetivo real era entrar al país para conquistarlo, imponer un régimen esclavista y expandir el dominio americano por toda Centroamérica. En 1855 sus tropas entraron en el territorio, primer paso para lograr su misión.
Walker consiguió ser 'elegido' como presidente --tras derrocar al anterior gobernante y amañar las elecciones-- en 1856. Debido a esto, tanto liberales como conservadores decidieron unirse para echarle del país. A esta lucha se unieron Honduras, El Salvador, Costa Rica y Guatemala --ya que todos veían a Walker como una amenaza-- y formaron el Ejército Aliado Centroamericano. Ese mismo año comenzaron los enfrentamientos entre los filibusteros y los aliados.
Una de las batallas más importantes se produjo el 14 de septiembre de 1856, hace hoy 161 años, en la Hacienda de San Jacinto. Esta lucha enfrentó a 160 soldados del Ejército del Septentrión --formado por efectivos liberales y conservadores nicaragüenses-- contra 300 filibusteros.
Fue una lucha dura en la que la munición escaseaba entre los efectivos locales. Andrés Castro --perteneciente al Ejército del Septentrión-- ante la falta de metralla lanzó una piedra y derribó a uno de sus contrincantes. El resto decidió imitarle y sobre el campo de batalla cayó una lluvia de piedras que tomó por sorpresa al enemigo.
Los nicaragüenses obtuvieron la victoria tras soltar una estampida de caballos que asustó a los filibusteros. Los estadounidenses al oír a los potros pensaron que se acercaban refuerzos y decidieron escapar. En su huida, los americanos fueron derribados por los indios matagalpa --una comunidad autóctona de la zona-- que les emboscaron y comenzaron a dispararles flechas.
La Guerra Nacional finalizó tras la rendición y posterior expulsión de Walker en mayo de 1857. Los indios matagalpa fueron nombrados 'héroes nacionales de Nicaragua' por su valor y contribución en la Batalla de San Jacinto. Actualmente, la hacienda es un museo dedicado a este acontecimiento y un sitio histórico para el país.