MADRID, 24 May. (EUROPA PRESS)
Fundación Casa de México en España dedicó el segundo "Punto de Foco" del año al internacionalmente reconocido y galardonado director de cine: Alejandro González Iñárritu. "Punto de Foco" es el ciclo dedicado a la filmografía de una relevante figura cinematográfica en activo. Esta edición homenajeó a uno de los directores mexicanos más importantes de las últimas décadas y el tercer cineasta de la historia en conseguir dos Óscar de manera consecutiva con Birdman (2015) y El Renacido (2016).
Casa de México presentó el pasado 17 de mayo este ciclo cinematográfico donde se visualizaron durante una par de días las películas más importantes de la filmografía del mexicano. El público madrileño pudo disfrutar gratuitamente de la proyección de: Bardo (2022), El renacido (2015), Birdman (2014), Biutiful (2010) y Amores Perros (2000). Esta última se proyectó el pasado 17 de mayo con la presencia del cineasta que participó en el "Encuentro de creadores iberoamericanos" donde conversó sobre su obra y la cultura desde el punto de vista de un inmigrante con el escritor mexicano: Jordi Soler.
Antes de la proyección de Amores Perros pudimos charlar con el cineasta sobre su última película: Bardo, falsa crónica de unas cuántas verdades.
-"Bardo, falsa crónica de unas cuántas verdades" es su última película y segunda que graba en su México natal, la primera fue su obra prima "Amores perros" ¿Por qué ha vuelto a rodar en México después de 22 años?
Bueno, vale la pena ir a visitar a los familiares después de 22 años si no se enojan (risas). Sí, bueno, fue una necesidad. Creo que hay un momento donde uno se ausenta. Las cosas cambian. Uno cambia, las ciudades....al final tenemos siempre la ilusión de que las cosas que dejamos son igual a como las dejamos, pero no, nosotros cambiamos, la gente percibe o espera de nosotros algo que ya no somos. Nosotros esperamos de la gente cosas que ya no son. Y ese encuentro y desencuentro siempre es muy importante...explorarlo de nuevo. Era una necesidad volver para mí.
-Hilando con la pregunta, ¿fue una experiencia muy distinta a amores perros? ¿Qué ha cambiado en 22 años?
Yo creo que yo ya soy otra persona. El país que dejé es otro -radicalmente-. Sin embargo, hay un grillete en nuestra conciencia emocional del pasado y de esas expectativas de lo que pensábamos, y ese es el ejercicio que hay que hacer de poder liberarnos y aceptar las cosas como ahora son. Así como es importante no tener expectativas del futuro y poder vivir ese presente, creo que esta película habla de lo que hoy soy, de la visión que me ha dado la distancia y la percepción de ese país del que me fui y del que estoy a distancia, pero siempre cerca. Y esa perspectiva de ser inmigrante me parece muy valiosa porque te libera de estar en medio de las cosas y poder las cosas ver con un poco de tiempo, o sea, de perspectiva, y eso es lo que yo quise expresar. Abrirme es de alguna forma una exploración que abre la vulnerabilidad y a la fragilidad interna. Y abrirte internamente no es fácil, hay que tener coraje.
-¿Bardo cuenta la historia de un periodista mexicano que vuelva a su país natal....a grosso modo es un reflejo de su persona, ¿no? Muchos críticos sugieren que se trata de un film autobiográfico. ¿Cuánto de esto es cierto?
No creo que sea autobiográfico porque no apeló a que es verdad. Creo que por eso la película tiene el subtítulo de "falsa crónica de unas cuantas verdades". La crónica es un género muy generoso que te permite el comentario personal, el humor, el periodismo. Entonces este mosaico de ideas está construida la película de las cosas que he vivido, que he sentido que vi y que viví, pero nunca pasaron las que soñé, las que temo y las que temí, las que nunca quise haber vivido y las que imaginé, entonces, es una combinación de signos. Y cosas que interpreto de cosas que son verdad, pero que no apelan al evento cronológico, ni es mi niñez -que tengo totalmente borrada- es una especie de ideario en donde hay un espectáculo en la imagen para poder recrear cosas que para mí y para millones de personas es muy importante, desde historias personales hasta mis lazos personales, de mis lazos afectivos hasta una memoria colectiva de país. Entonces pues es complicado. O sea, en realidad es una película que no obedece a convenciones, pero no es autobiográfica. Creo que podríamos más bien denominar la como una auto ficción.
-Bardo está llena de reflexiones e introspección. ¿Qué te llevó a hacer Bardo? ¿Fue una necesidad?
Sí, es una necesidad, no es una película que fuera necesariamente placentera en el sentido de que tienes que entrar y hacer una película. Todas las películas las había hecho con los ojos abiertos mientras que esta película la hice con los ojos cerrados y cuando uno cierra los ojos, pues vas hacia adentro y ese adentro muchas veces tiene cosas inesperadas y no necesariamente placenteras y cosas que te enfrentas y que después pues hay que tener el valor para exponerlas y correr el riesgo de no ser gustado, pero pues ese es lo que hace un artista.
-Visualmente, la película es Poderosísima, obtuvo una nominación a los premios Óscar por su fotografía. ¿Cómo fue el proceso de materializar esas ideas tan complejas que se presentan durante el fin en imágenes?
Fue un proceso de 5 años. Cada una de las escenas estuvo ensayada, preconstruida, requirió mucha anticipación como ninguna película anterior. Es una película que obedece a una fuerza visual, yo quería que fuese como un sueño, el poder realmente dibujar un sueño de la mayor precisión tanto en el sonido como la imagen y esa sensación de sueño en donde invito a la gente a soñar, a no entender, sino a sentir, a celebrar el cine como un espectáculo de imágenes tiene que estar preconcebido y fue un trabajo de mucha gente, de grandes colaboradores como Eugenio Caballero.
-Hablando de sueños, ¿Cuál es su sueño por realizar?
¿Cuál es mi sueño por realizar? Mi sueño por realizar sería el tener mucho tiempo libre y en paz de poder caminar sobre la tierra mucho tiempo.
Poder tener la salud, el tiempo, el espacio, la energía para poder hacer grandes caminatas que es lo que más me gusta en mi vida.
-A lo largo de su filmografía ha representado la inmigración a través de Babel, Biutiful o Bardo. Usted la vivió en sus propias carnes. Se fue a Europa y luego vuelve a Estados Unidos ¿Por qué tiene tanto afán de mostrar la inmigración?
Bueno, creo que la inmigración es un fenómeno desde que el hombre es hombre, creo que todo organismo migra, los humanos somos los únicos idiotas que hemos puesto paredes y hemos puesto líneas en la tierra (risas). Y esto ha afectado, en especial manera ahora con tanta injusticia, tanto desequilibrio económico, el cambio del clima en el mundo. Creo que es una tragedia lo que se está viviendo en el mundo y la falta de políticas y de sentido común es algo que desde los últimos 15 años he tenido como muy presente porque soy inmigrante, aunque siempre he dicho que soy un inmigrante de primera clase, sí, he estado muy cerca de los inmigrantes que han tenido una circunstancia muy distinta a la mía y sus historias y sus realidades en una ciudad hecha de inmigrantes como Los Ángeles -ciudad donde vivo- es algo que tengo muy integrado a mi sensibilidad. Entonces me gusta explorarlo desde diferentes ángulos, tanto la migración en Europa de los africanos y los chinos, como hice en Biutiful o en Babel y en carne y arena que fue la exhibición de instalación virtual que hice acerca de esta tragedia de estos inmigrantes atrapados en la frontera por los Estados Unidos. Me encuentro gente por la calle que me dice: ¿Por qué contaste mi historia? Al final muchos de esos inmigrantes se ven reflejados en el film. O sea, creo que muchas millones de personas que comparten de alguna forma los temas centrales de Bardo, que son los lazos afectivos, los olvidos, las pérdidas y la distancia, que es muy cabrona, ¿no?