Publicado 11/06/2024 14:46

Argentina.- El cineasta Lisandro Alonso dirige 'Eureka': "El cine argentino no es el causante de que haya jóvenes pidiendo limosna"

Archivo - El director argentino Lisandro Alonso en una imagen facilitada por la distribuidora Atalante.
Archivo - El director argentino Lisandro Alonso en una imagen facilitada por la distribuidora Atalante. - ATALANTE - Archivo

MADRID 11 Jun. (EUROPA PRESS) -

El cineasta argentino Lisandro Alonso ha afirmado que las críticas que realiza el presidente de Argentina, Javier Milei, contra el cine y la cultura "no tienen ni pies ni cabeza" y se debe a una cuestión "ideológica" y defiende que los cineastas "no son el causante de que haya jóvenes pidiendo limosna en la esquina".

"Él dice que el cine y la cultura es un gasto innecesario, cuando en realidad es un gasto muy insignificante. No creo que los cineastas seamos los causantes de que haya jóvenes pidiendo limosna en la esquina. No tiene ninguna lógica lo que argumenta", ha señalado el realizador en una entrevista con Europa Press, con motivo del estreno el próximo viernes 14 de junio de su nueva película, 'Eureka', en la que aparecen Viggo Mortensen o Chiara Mastroianni, entre otros.

Alonso ha lamentado que Argentina esté viviendo una situación social "muy delicada" y cree que el mandato de Milei es el resultado de lo que "actualmente es Argentina" y critica que el presidente "juegue a decir cualquier barbaridad".

"No le votaron a él, fue un voto en contra de los otros. Antes teníamos problemas económicos y ahora tenemos una situación social muy delicada. En la forma de comunicar, uno no puede jugar a decir cualquier barbaridad", ha explicado, al tiempo que ha pedido que el resultado de la crisis social "no conlleve muertos".

El cineasta se encuentra en Madrid promocionando su película 'Eureka' en la que compara "cómo es ser un indio en Estados Unidos y cómo es serlo en Latinoamérica" y apostilla que está "cansado" de ver cómo el primer mundo piensa en el tercer mundo. "Me pareció interesante y necesario ver cómo viven esos que en algún momento fueron los primeros que pisaron ese pedazo de tierra (en alusión a Estados Unidos) y cómo los tratan hoy", ha comentado.

"A veces me pregunto por qué solicitamos siempre ayuda a países donde claramente demuestran que no son muy solidarios con nosotros, ni con su propia gente", subraya.

En este sentido, lamenta que las relaciones de latinoamérica con otros países del mundo a los que se solicita ayuda son a costa de "pagar intereses todo el tiempo". "Estoy cansado de vivir pagando intereses todo el tiempo. Y no solo lo pago yo, sino lo pagan mis hijos y lo van a pagar mis nietos. El sistema en el que vivimos mundialmente ya está obsoleto", ha manifestado.

Lisandro Alonso detalla que 'Eureka' aborda tres historias diferentes entre sí, pero con un hilo conductor que es representar cómo viven "las comunidades indígenas" en diferentes lugares y épocas, especialmente en la reserva indígena de Pine Ridge (Dakota del Sur).

"Yo he tenido la suerte de viajar por Latinoamérica y ves que las diferentes razas o grupos de comunidades que descienden o que son parte de una comunidad indígena caminan por las mismas avenidas de las principales ciudades, no importa si las ciudades las edificó un europeo o un inglés, mientras que los indígenas de Dakota del Sur no se ven caminando por la Quinta Avenida de Manhattan. No llegan", ha rematado.

UN PROYECTO DE DIEZ AÑOS

Por otro lado, el realizador reconoce que la producción de 'Eureka' ha sido el proyecto en el que más ha aprendido, pese a que se le ha hecho "cuesta arriba" el rodaje por estar lejos de Argentina. "Me exigió mucho más trabajo y tenacidad que todas las películas anteriores", apunta, antes de revelar que le ha llevado diez años terminarla. "No merece la pena tanto tiempo en mi vida una película", sentencia.

Una de las dificultades que ha experimentado Lisandro Alonso en 'Eureka' ha sido trabajar con actores no profesionales porque "demandan mucho tiempo" para ganarse su confianza, como ha sucedido con la comunidad indígena Chatino en Oaxaca (México).

"Eran muy tímidos, no miran a los ojos y les cuesta traducir el español a su lenguaje. Todo se dio de a poco, pero bueno, se logró, se terminó y me siento feliz", ha concluido.